Este domingo se producirá el cambio al horario de invierno. En plena madrugada el reloj irá para atrás súbitamente. Así, cuando den las 3.00 horas, pasarán a ser las 2.00. Con este retraso de una hora en las manecillas del reloj se disfrutará de una hora más durante la madrugada del sábado al domingo. La tradición es que el cambio sea siempre en domingo, con lo que ese sábado se dormirá una hora más, aunque naturalmente hay muchos que lo aprovechan para alargar la fiesta en una noche ceutí que se encuentra libre de restricciones de horario y, además, estrena las pistas de baile después de más un año y medio precintadas.
El panorama que nos encontraremos será el de mañanas más luminosas y tardes muy efímeras. Lo notarán lo madrugadores, que saldrán de casa con luz que, sin embargo, abandonará antes el día, y se comenzará a notar a partir de este noviembre cuando llegue a anochecer antes de las 18.00 horas.
Este proceso, que ha estado a punto de cancelarse en los últimos años, es de obligatorio cumplimiento en todos los países de la Unión Europea, con el fin de materializar un ahorro energético derivado del mayor aprovechamiento de la luz solar. No obstante, la consulta pública realizada hace tres años acerca de la pervivencia de esta medida arrojó como resultado una amplia mayoría del ‘no’; la voluntad popular se convirtió en propuesta de la Comisión Europea para poner fin al cambio de hora, pero no ha habido aún consenso al respecto.
