NERVIOS SECESIONISTAS

Se recrudecen las presiones independentistas y la descalificación social

Empiezan las visitas a los directores de colegios, continúan las amenazas de los Alcaldes y se pegan carteles falsos con el 'No', atribuidos a PSC, PP, Ciudadanos. La firmeza del estado pone de los nervios a los organizadores.

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photo_camera Carteles de la 'falsa campaña' (Twitter)

Mientras el estado sigue presionando para evitar la realización de un referendum ilegal, los secesionistas recrudecen las presiones sociales, personales y políticas sobre quienes rechazan el referendum

“Ahora caerá sobre mí la caballería"

Un director de Instituto –  escribe en wasap a sus compañeros: Aviso serio, titula y anuncia que esta mañana se ha presentado una mujer exigiéndole las llaves. Él ha solicitado una orden por escrito que la funcionaria no llevaba; tras negarle la llave, la funcionaria que se ha presentado como parte de los Servicios Territoriales de educación, ha dicho que era una “mandada”, que ya volvería alguien. El director dice a sus colegas que espera que caiga sobre el la caballería y que no sabe como protegerse.

Un colega le tranquiliza: no te harán nada y la pedirán al Conserje, Eso si; “ya no serás ni inspector ni jefe de nada, y los profesores indepes de tu instituto te marcarán".

 

Carteles falsos

Los nacionalistas independentistas han iniciado también una campaña de carteles falsos de PSC, Ciudadanos y  Partido Popular para dar la imagen de un referéndum aceptado por las fuerzas políticas. EL hecho ha sido denunciado por la cuenta de twitter del PSC que ruega la máxima difusión sobre el desmentido de la autoría de los carteles, mientras anuncian una denuncia por suplantación de identidad.

 

La presión del Estado

Estas acciones son expresión del nerviosismo independentista ante la firmeza de la presión del estado.

Esta mañana el grupo de wasap “Crida a la Democracia” que administra la sociedad Omnium, que envía sus mensajes desde teléfonos internacionales, denunciaba que la guardia civil revisa furgonetas que salen de la nave de la empresa Unipost, en Hospitalet de Llobregat y Terrassa. Puede tratarse de las papeletas que Correos se negó a distribuir.

“Se vulnera abiertamente la libertad de correspondencia y la privacidad. El Estado normaliza la censura y la pérdida de derechos.