2024: Un año crucial para el futuro político de Europa

En el año recién estrenado, Europa se enfrenta a las primeras elecciones en el clásico equilibrio entre populares y socialistas podría romperse en el Parlamento

Parlamento Europeo Bruselas (Ministerio de Asuntos Exteriores)
photo_camera Parlamento Europeo Bruselas (Ministerio de Asuntos Exteriores)

El año 2024 se perfila como un punto de inflexión en la política europea y estadounidense. Las elecciones que se avecinan no solo decidirán el mapa político europeo, sino que también pueden tener un impacto significativo en la geopolítica mundial. A diferencia de ciclos electorales anteriores, el auge del populismo de extrema derecha amenaza con desplazar el tradicional equilibrio de poder entre el Partido Socialista Europeo (PSE) y el Partido Popular Europeo (PPE), una dinámica que ha dominado el panorama político europeo durante décadas. 

Este cambio no es un fenómeno aislado. Refleja una tendencia creciente hacia el populismo y el euroescepticismo en varios países miembros, una situación que podría culminar en una reestructuración significativa de las alianzas y políticas dentro de la Unión Europea. Las próximas elecciones europeas de 2024, con sus 720 en juego, son particularmente críticas. Las encuestas actuales sugieren una inclinación hacia partidos más conservadores y euroescépticos, una señal de que los ciudadanos europeos están buscando alternativas a las políticas tradicionales. 
 
De acuerdo con los análisis, se anticipa que el Partido Popular Europeo (EPP) retendrá su posición como el grupo más grande del Parlamento, a pesar de una pérdida prevista de 12 escaños, llevándolos a 165. Los Socialistas y Demócratas (S&D) incluso podrían ganar dos escaños, preservando su lugar como el segundo grupo más grande con 145 escaños. Sin embargo, el verdadero cambio se observa en el auge de los partidos de derecha y euroescépticos, como el European Conservatives and Reformists (ECR), que podría convertirse en el tercer grupo más grande, empatado con el centrista Renew, con 89 escaños, lo que representa una ganancia masiva de 23 escaños desde las elecciones de 2019. 

Esta potencial reconfiguración del Parlamento Europeo podría tener repercusiones en la política interna de varios Estados miembros. Por ejemplo, el Partido Popular Europeo podría verse tentado a formar coaliciones con partidos conservadores euroescépticos como VOX, La Lega, el Frente Nacional y la AfD. Si esto ocurre, sería un giro significativo hacia una política más conservadora y euroescéptica, alejándose de la tendencia liberal y proeuropea que ha prevalecido en años recientes. 

Además, las elecciones en Portugal y un posible cambio en el sistema electoral italiano propuesto por la presidenta Meloni podrían tener un impacto considerable en el equilibrio político de la región. Si Meloni logra cambiar el sistema electoral de Italia de un modelo parlamentario y proporcional a uno presidencialista, podría solidificar su poder en un momento en que las encuestas le son favorables. Esto, junto con un cambio potencial en la dirección política de Portugal, podría reforzar una tendencia conservadora en Europa. 

Fuera de la UE, la política británica parece estar inclinándose hacia un regreso al laborismo clásico, un cambio significativo desde la era de la tercera vía de Tony Blair. Este potencial cambio político en uno de los países más influyentes de Europa podría ser indicativo de un cambio más amplio en las tendencias políticas del continente. 

La "tormenta perfecta" para el ascenso del populismo de derechas podría culminar si Donald Trump recupera la presidencia en las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Este escenario, combinado con los cambios políticos en Europa, podría inaugurar un período dominado por fuerzas conservadoras y populistas, con pocas contraposiciones significativas desde la izquierda. 

En conclusión, el año 2024 representa un momento crucial para el futuro político de Europa y, por extensión, del mundo occidental. Los resultados de las elecciones en este año crucial no solo definirán el curso político de la región, sino que también podrían determinar la dirección de la política internacional para los próximos años.