El escenario Aragonés: el ensayo del futuro pacto europeo entre populares y conservadores

Feijóo, más preocupado por su retaguardia que por sus adversarios, ha permitido un pacto que es el prólogo de lo que el eje Roma-Varsovia-Budapest pretende realizar en el Parlamento Europeo en la legislatura 2024-2029

Feijóo

En medio de esta tormenta perfecta, el Partido Popular que en Ceuta impulsa el bipartidismo, en Aragón ha firmado un acuerdo programático con la ultraderecha de Vox cimentado sobre 80 puntos divididos en 10 áreas para calmar al ala dura de partido. Entre otras cosas, el pacto recoge la supresión de la Dirección General del Política Lingüística y elimina los comisionados de Agenda 2030, Infancia y Despoblación, así como la derogación de la ley de Memoria Democrática de la Comunidad Autónoma.

Génova, por lo tanto, ha pasado en una semana de dejar caer todo el peso mediático amigo (salvo los medios más ayusistas, curiosamente) sobre la Ciudad Autónoma de Ceuta que se convertía en el epítome del ansiado pacto de coalición bipartidista del señor Feijóo a realizar en la Ohio española el sueño de la señora Meloni: un gobierno de coalición entre los populares y vox con un marcado carácter neoliberal que será un baronaje más de la línea madrileña y que aísla al señor Moreno en Andalucía como único barón que resiste del Partido Popular democristiano.

Es difícil entender la estrategia del señor Feijóo por errática. No se puede nadar y guardar la ropa, pero lo que no se puede en política es dar ninguna batalla por perdida. La presión del líder popular, que le explica, pero no le justica, solo puede entenderse desde dentro del propio partido, es decir, carece de un anclaje suficiente para resistir una oleada ayusista si en una repetición electoral no consigue formar gobierno. El Partido está roto, pero eso el PP siempre ha sabido disimularlo mejor que el PSOE siempre que tenga el poder.

Una vez perdida la Presidencia de la Unión Europea las presiones internacionales no han cesado. Entre el 6 y el 9 de junio de 2024 se elegirán 705 diputados; España elige 54, Francia 74, Grecia 21, Hungría 21, Italia 73, Polonia 51 y Alemania 96 europarlamentarias. No es cuestión baladí porque la legislatura 2024-2029 puede suponer un cambio de paradigma en el Parlamento Europeo. El consenso histórico entre el Partido Socialista Europeo (PSE) y el Partido Popular Europeo (PPE), que es el acuerdo no escrito que ha permitido la elección de los presidentes de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo en las últimas décadas, está en peligro ante la declarada línea antifrancesa de la señora Meloni y el señor Orban, la desaparición del Reino Unido de la política comunitaria, y el ascenso de los partidos de extrema derecha a pesar de la resistencia alemana a Gobernar con los mismos.

Por lo tanto, para alcanzar este objetivo de que el año que viene se pueda superar la resistencia del europeísmo clásico a una colación PPE y ECR la familia internacional debe demostrar en los escenarios más amplios posibles que no existe peligro alguno en este año más que las lícitas políticas que cada grupo plantea desde un barniz democrático. Sabiendo que la resistencia alemana va a ser feroz a pesar del crecimiento de la AfD, al menos hasta 2029, lo que ha sucedido en Aragón es un paso más hacia la justificación de esa alianza. Por tanto, el señor Feijóo que no es un hombre poco inteligente, está permitiendo que a través de una de las Comunidades Autonómicas del corazón de España se blanquee una opción de Gobierno que es la otra cara de la moneda del acuerdo bipartidista sobre el que ha lanzado toda la presión en Ceuta.

Es aquí donde ningún análisis puede otorgarle el beneficio de la duda a Génova. Por mucho que el miedo pueda apoderarse de algunos despachos, el líder y sus cercanos deben tener la responsabilidad de Estado de no dejarse jugar por piezas internacionales que merman la soberanía nacional y quieren cambiar la Europa que conocemos. Como decía, la política perdona mal las incoherencias y he aquí igual que en el anterior artículo alababa la inteligencia del señor Vivas, porque conozco de su sapiencia, que me produce enorme tristeza que en su última etapa de vida política, más por negligencia que por impericia, deje que su imagen, a nivel nacional, de hombre de consenso, bipartidista y de entente entre culturas se blanquee la peor de las opciones, la de la Europa de los que cierran las fronteras a los refugiados sirios y ponen buques en el mediterráneo para que se ahoguen en el mar.

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