La legislatura de la sucesión

La parálisis institucional que sufre la ciudadanía necesita de un acto de generosidad de la oposición que reconozca el legado de don Juan Vivas Lara y permita nuevos liderazgos y consensos

Consejo de Gobierno (Cedida)
photo_camera Gobierno de Ceuta de la actual legislatura

Don Juan Vivas Lara llegó a la presidencia de la ciudad en un momento convulso y todo indica que su ciclo podría terminar en un momento difícil en la política española y autonómica.

Durante su mandato como presidente de la Ciudad de Ceuta, Juan Vivas Lara ha llevado a cabo una inversión sin precedentes en la historia democrática reciente, que ha hecho posible mejorar las infraestructuras y los equipamientos públicos, prácticamente eliminando la diferencia que en estos aspectos había con el resto de España.

Según la revista Forbes España, Ceuta ha sabido navegar, con éxito, el impacto de la pandemia en su modelo económico y ha salido reforzada como una ciudad más abierta, que busca convertirse en un polo de innovación y oportunidades que sirva de puente entre España, Europa y África. No es casualidad que el señor Vivas sea el dirigente territorial que más tiempo lleva al frente de una administración en España.

Podríamos decir que el Presidente no ha tenido rival en estos más de 20 años ni dentro ni fuera de su partido. Mientras la oposición ha intentado rehacerse y reconstruirse en diferentes formas, el señor Vivas ha sabido segar la hierba bajo los pies de cualquier adversario. Si ha sido por demérito de los demás o por méritos propios es irrelevante en este momento. La ciudad que dejaría presentaría muchas deficiencias y retos para el futuro pero es innegable y la Historia así lo reflejará que habrá un antes y un después entre la Ceuta de 2001 y 2023, o cuando Juan Vivas decida su retirada.

La actual legislatura sufre aún las consecuencias del terremoto de las elecciones generales y afronta una emergencia ciudadana en un momento de transición económica y social que necesitaría de liderazgos sólidos o cuanto menos responsables.

Así, si en el artículo sobre la estrategia del señor Vivas criticaba la tensión que ha creado en la oposición, es ahora ésta la que debe hacer una reflexión sobre la inutilidad de acorralar a un Presidente que necesitaría un justificado descanso y un mínimo respeto a su legado. Esto es algo que entendió muy bien el Partido Popular de Andalucía, especialmente el actual Presidente de la Junta de Andalucía, cuando resolvieron su conflicto con el pueblo andaluz abandonando la lucha directa contra el innegable legado del Partido Socialista de Andalucía y centraron sus esfuerzos en proponer una alternativa que no pasase necesariamente por ir contra lo que es ser andaluz, enfrentándose, si así lo requería, a aquellas voces populares que, sumidos en los tópicos, atacaban el voto libre de los ciudadanos de Andalucía casi como si no supieran decidir por sí mismos, como hizo en nuestra ciudad el líder de Vox, el señor Redondo, la noche electoral.

Ceuta necesita mirar adelante y nadie parece haber entendido que el señor Vivas necesita al menos la seguridad de unos Presupuestos para qué, después de la probable repetición electoral y antes de las Elecciones Europeas, pueda iniciarse una transición para que las nuevas generaciones puedan aportar a la ciudad sin mirar hacia atrás más que para analizar el presente y proponer soluciones al futuro.

En el Partido Popular se infiere que son varias corrientes que tienen el deseo de tomar la alternativa pero, como es natural, nadie quiere ser el primero en quemarse como le sucedió a la señora Sáez de Santamaría frente a Pablo Casado.

En la oposición, el Partido Socialista aún sufre las consecuencias de la mala gestión de las expectativas tanto electorales como de Gobierno. Vox ni está ni se le espera. MDyC ha encontrado un refugio cómodo en sus tres escaños. El único partido con un liderazgo fuerte es el del señor Mohamed Mustafa quien tiene vocación de Presidente aunque su posición de salida le limita en concretizar su proyecto.

La única certeza que puede tener la ciudadanía, en este momento, es que sólo de un acto de generosidad de todos los partidos pueden nacer los consensos necesarios que establezcan los marcos democráticos y jurídicos con los que la Ciudad y la generación política que entra pueda luchar en el sano parlamentarismo de la Asamblea y en los Ejecutivos de Ceuta que afrontarán los retos de los próximos veinte años.