Se retractan los denunciantes ante la Policía por las acusaciones contra Javier Guerrero

Novedades en la polémica respecto a Javier Guerrero y el área de Menores de la Ciudad.

 

<p> Javier Guerrero, presidente de Ceuta Avanza/ Archivo </p>
photo_camera Javier Guerrero, presidente de Ceuta Avanza/ Archivo

En los últimos días algunos de los trabajadores del Centro de La Esperanza que habían declarado en contra del líder de Ceuta Avanza se han retractado de unas acusaciones que consideran que responden a una estrategia que pretende desacreditar a quien fuera consejero de Sanidad instigando a los menores a que realizaran “denuncias falsas a cambio de envíos a la península y otras prebendas”. Una estrategia que ya denunciaba el propio Guerrero ante la Jefatura Superior de Policía y que, a día de hoy, cuenta con nuevas pruebas. Las mismas, según señalan desde el entorno del médico, “apuntan en una sola dirección: Julio Manuel Rodríguez Mateos, director del centro de menores que depende, en última instancia, de la Ciudad Autónoma.

Así, señalan, algunos MENAS se dirigieron a un monitor del centro tutelado en Piniers, "de forma azarosa y casual" para confesarle una serie de situaciones y hechos que el declarante considera coactivos y de los que se siente en la obligación de denunciar: "Que habían recibido consignas por parte del director del centro, responsable del tutelaje de ellos, a fin de que propagaran una serie de declaraciones contra Javier Guerrero en diversas instancias, las propias del centro de tutela e incluso medios de comunicación locales".
Las manifestaciones detalladas por el denunciante versan en torno a que Javier Guerrero, médico de profesión, "cuando les examinaba facultativamente les realizaba tocamientos de carácter libidinoso, sicalíptico, y se mostraba demasiado cariñoso con ellos". Consignas directas, han explicado desde el entorno de Guerrero, que recibían de Julio Rodríguez "bajo la advertencia de que, si no las propagaban en la forma y manera indicadas, serían privados de una serie de ventajas y contrapartidas como ser trasladados a la península a otros centros tutelados o bien sancionados de forma discrecional y fuera de todo reglamento, mediante prohibición de acceso al centro en cuestión, negándoseles la cena o la realización de actividades varias como retirada del teléfono móvil o revisión de su contenido".

Estas manifestaciones, han explicado las mismas fuentes, fueron recibidas por el denunciante de viva voz de siete menores tutelados, alguno de ellos, con la mayoría de edad en la actualidad, quienes indicaron que si no denunciaron estas situaciones de coacción fue por temor a represalias. Un menor de 16 años informó al denunciante que "las consignas provenían esta vez de parte un miembro de la directiva de SAMU que le amenazó que "de no plegarse a los designios que le marcaba sufriría una serie de correctivos tales como no ser trasladado a la península a otro centro, negándosele la cena o el acceso a diversas actividades, incluso la no admisión al centro".
Así mismo, un trabajador de la empresa SAMU fue requerido por los MENAS para referirle "tratos vejatorios, agresiones físicas y amenazas de represalias si no contaban exactamente los pormenores en torno al comportamiento de Javier Guerrero".

El propio monitor conversó hace mes y medio en la barriada de Miramar con un trabajador del SAMU requiriéndole si había observado algún comportamiento execrable en Guerrero en el día que pasó consulta al MENA al que él acompañó, respondiendo que no observó nada impropio de una auscultación al uso en un examen médico común. Y quiso saber el denunciante del trabajador del SAMU las razones de que se filtraran difamaciones contra Javier Guerrero, a lo que replicó que respondían a "una estrategia de destrucción de su persona, de su honra, de carácter público, institucional, auspiciada por el mismo Julio Rodríguez Mateos, director de "La Esperanza". Y añade este testigo: "Todos los exámenes de Javier Guerrero fueron en presencia de acompañantes, nunca de forma privada o reservada, ya que siempre se encontraba un adulto ejerciendo el tutelaje del menor".

El declarante ante la policía asevera, además, que "monitores del centro de "La Esperanza" conocen toda esta estratagema en torno a las consignas dadas a los MENAS para destruir la figura del doctor Javier Guerrero".

Una monitora de "La Esperanza", también declaró ante la policía indicando que medió ante un menor "disconforme en cuanto que sus amigos, también internos en el centro de menores, se habían podido trasladar a la península y él se encontraba todavía a la espera"; sin embargo en días posteriores se lo encuentra en el patio y le asegura que va a ser enviado a la península asegurándole que "había denunciado al doctor Guerrero" y al ser preguntado por la monitora si le había hecho algo inapropiado, responde: "No me ha hecho nada, me han dicho que lo denuncie y me voy a la península". Y al decirle la monitora que si había declarado una falsedad era delito, el menor recapacitó y estaba dispuesto a retirar la falsa denuncia.  Javier Guerrero conoció que "no le permiten retirar la denuncia".

No han sido los únicos, uno de los  vigilantes de seguridad de "la Esperanza" también declarante ante la policía, asegura que "Javier Guerrero acudía habitualmente al centro para pasar consulta pero que en ningún momento deambulaba solo por el centro, siempre iba acompañado por los integrantes de seguridad o monitores de servicio". También declaró este testigo que "el doctor pasa consulta en una habitación donde siempre hay un vigilante y un monitor presentes y que él mismo estuvo presente para ordenar las filas y garantizar la seguridad en el espacio; el doctor nunca está solo con un menor y la puerta permanece abierta". Además, asegura que "el único que tiene capacidad para mandar a la península es el director del centro, es quien determina quien sale y a donde va a ir".

En el informe policial, se recoge también en el cúmulo de comparecencias contra la falsedad de las imputaciones al doctor Guerrero, el testimonio de retracto de un trabajador que realizó "de manera infundada y bajo la influencia de mis compañeros del centro" una denuncia falsa contra Javier Guerrero, "por lo que me retracto por no ser ciertos los hechos mencionados ya que no se produjeron éstos, y la decisión de la interposición de la denuncia ha sido alentada por compañeros del centro y por una desacertada interpretación de los hechos".

Todo un cúmulo de testimonios sirven para arrojar algo de luz sobre lo que desde el entorno del médico siempre se han calificado como las falsas imputaciones contra Javier Guerrero y que requieren un recorrido judicial para su total esclarecimiento legal de acuerdo con el Estado de derecho nos conduce en defensa de la protección constitucional que ampara la legislación y la veracidad de los hechos.

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad