Los consejos de administración de Acemsa, Amgevicesa y Puerta de África ya han traído las primeras polémicas

Sociedades municipales, la otra batalla política

Los resultados de las últimas elecciones municipales han añadido un nuevo escenario, aparte del Pleno, para el debate y la batalla política, el de las sociedades municipales, en cuyos consejos de administración se ha implantado el voto ponderado, que permite un mayor control del sufragio a las formaciones.

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photo_camera Imagen del Pleno de la Asamblea (C.A.)

Los consejos de administración celebrados esta pasada semana han puesto de relieve que en la presente legislatura existe, al margen del Pleno, otro escenario político en el que los partidos van a librar los debates y las batallas políticas.

Los primeros escarceos ya se han producido y MDyC criticaba el posicionamiento del PSOE ante, según Fátima Hamed, la posibilidad de que las presidencias de los consejos de administración de las empresas Acemsa, Emvicesa y Puerta de África hubieran quedado en manos de los partidos de la oposición y así llevar a cabo un mayor control de la gestión del ejecutivo, aparte de mejorar la gestión de las empresas municipales.

Pero para entender bien todo el funcionamiento de las sociedades hay que detenerse a analizar las novedades introducidas, esto es, el sistema para elección de los presidentes de los consejos de administración y el sistema de votación para la aprobación de los asuntos y propuestas.

Para la elección del presidente de un consejo, el sistema establecido es el mismo que se utiliza para elegir al presidente de la Ciudad. Primero se han de conocer los candidatos que se presentan a la elección. Cada formación política puede presentar su candidato. Una conocido los aspirantes, se procede a la votación por los cinco integrantes del consejo (uno por cada partido político) a través del voto ponderado, que permite que el sufragio emitido por el representante de cada formación en el consejo tiene el valor del número de diputados que la misma tenga en la Corporación.  Así, el representante del PP tiene delegado los votos de los 9 diputados, el PSOE, los de su 7 diputados, Vox los de sus 6, MDyC, los de sus 2 y Caballas el del único que ostenta.

En el caso de que alguno de los candidatos presentados obtuviese 13 votos, es decir mayoría absoluta, se haría con la presidencia del consejo de administración de la sociedad municipal, mientras que si esa circunstancia no se diese, el puesto pasaría a manos del candidato de la lista más votada. Y eso ha sido lo que ha sucedido en los tres consejos celebrados hasta ahora.

Los socialistas no presentaron candidatos y se abstuvieron en la votación y al no obtener mayoría absoluta ninguna de las candidaturas presentadas, las presidencias fueron a parar a las manos de los populares. De esta manera, el presidente de Emvicesa es Juan José Contreras, el de Acemsa, Alfonso Conejo, mientras que el de la sociedad Puerta de África es Alejandro Ramírez.

 

Voto ponderado

La otra novedad es la implantación del voto ponderado en los consejos de administración. A nadie se le escapa que ello implica un menor número de miembros en los consejos, sólo 5, un representante por cada uno político presente en la Asamblea, lo que permite una comodidad a la hora de celebrar las reuniones, Es evidente que es más fácil, o debería serlo, poner de acuerdo a 5 personas que a un número mayor. El Gobierno local se ha visto abocado a tener que tomar esa decisión, muy distinta a la que en anteriores legislaturas, en las que el PP contaba con mayoría absoluta y controlaba perfectamente las empresas y sociedades municipales a través de sus consejos de administración. Con este sistema también se ha perdido la norma de que el responsable de la consejería de la que dependiese la empresa municipal era el presidente de su consejo de administración, con las facultades que eso conlleva a la hora de realizar los nombramientos, por ejemplo, de los gerentes.

Pero el voto ponderado tiene otros efectos aparte del mencionado en los párrafos anteriores. Políticamente se convierte en una herramienta que permite a los líderes de las formaciones ejercer una acción del control total sobre las decisiones a tomar.

Veamos la diferencia con el Pleno. En las sesiones plenarias las propuestas que se debaten tienen que ser votadas por los 25 diputados que conforman la asamblea a mano alzada. En los consejos de administración de las empresas y sociedades municipales, gracias al voto ponderado, no, ya que los representantes de los partidos políticos tienen delegado el voto de todos los diputados con los que cuentan en la Asamblea.

Es evidente que con este sistema, los partidos ejercen un control total sobre las decisiones y posicionamientos a tomar en los consejos y, además, se evita algo tan importante como es que se rompa la disciplina de voto. Sin duda es más fácil ejercer un control sobre una persona que hacerlo sobre un mayor número de ellas.

La pregunta se antoja sencilla. ¿Qué pasaría si en un consejo de administración se vota favorablemente una propuesta con la que un diputado de un determinado partido político no estuviese de acuerdo?  Y si el caso fuese que se votase a favor alguna propuesta que, posteriormente, tuviese responsabilidades de cualquier tipo. ¿Cómo quedaría reflejada la oposición de un diputado?

¿Es la mejor fórmula la del voto ponderado? El asunto se antoja complicado y parece evidente que los consejos de administración de las sociedades y empresas municipales están llamados a ser los escenarios en los que se van escenificar debates y batallas políticas duras e importantes. A través de los resultados de los contenidos de sus reuniones y de las decisiones adoptadas se va a poder comprobar si existen pactos o acuerdos entre partidos, algo que de lo que en estos momentos huyen tanto socialistas como populares.

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