Remitido

Albergue municipal

Esta semana se me ha quedado grabada en la retina la imagen que una amiga mía ha colgado en las redes, esa imagen es la de una persona durmiendo en una calle céntrica, lo que me hizo pensar y dilucidar una vez más de las carencias que nuestra ciudad tiene en cuanto a los derechos sociales se refiere. 

photo_camera Una persona durmiendo en la calle (CEDIDA)

Esta semana se me ha quedado grabada en la retina la imagen que una amiga mía ha colgado en las redes, esa imagen es la de una persona durmiendo en una calle céntrica, lo que me hizo pensar y dilucidar una vez más de las carencias que nuestra ciudad tiene en cuanto a los derechos sociales se refiere, la necesidad de tener como las demás ciudades de España un albergue municipal. ¿Cómo es posible que en una ciudad que se hace llamar “La Perla del Mediterráneo” y que tanto dinero se gasta en el FITUR dándosela de ciudad próspera y moderna, no tenga un albergue municipal?

Pues porque a este gobierno les es más dichoso llenar la barriga de empresarios amigos que parasitan todo el estamento público mediante subvenciones jugosas que aprovechan lo público, con obras faraónicas que lo más que hacen es llenar los bolsillos de sus colegas, pero, en lo más básico de lo social, se hace el silencio. Analicemos bien que función tiene un alberge municipal, con ejemplos claros; La indigencia, gente que vive en la calle, gente que por derivas del destino, tanto personales como del infortunio de perderlo todo, alejado del modelo de la clase media y donde queda atrapado para siempre. Este bucle de pobreza impide permitir que una persona vuelva a la sociedad con la dignidad suficiente para llevar una vida estable.

Serán muchos los que digan “no quieren asistencia, fue un drogadicto y se lo merece”, la justicia social no juzga las malas decisiones de la gente, la justicia social persigue un modelo de integración y de ayuda a los que los necesitan, la caridad no es justicia social, la caridad humilla a los pobres, los derechos dignifican a los pobres, la caridad es propia de países no desarrollados y propias en tiempos de dictadura. Los indigentes necesitan estamentos públicos donde puedan integrarse en la sociedad.

Hay casos donde un albergue tiene otra función pública, como podría ser una catástrofe natural, o el derrumbe de un domicilio, donde las personas que lo pierden todo necesitan tener un lugar alternativo donde poder estacionarse temporalmente, pero, este ayuntamiento no piensa en que todo eso pueda ocurrir, ellos viven en el presente como una empresa que tiene que sacar beneficios, pero no como algo familiar donde todos somos parte de esa familia, al igual que de un desastre natural, puedo decir también, de una ruptura matrimonial, donde una parte del conyugue pudiera no tener donde pernoctar hasta resolver su situación.

Los turistas que llegan a nuestra ciudad pueden verse en momentos de desamparo por no tener un albergue, gente que pudiera venir a conocernos y que, por algún imprevisto percance, pueden verse sin recursos, como es el caso de robo o pérdida de documentos como la de una tarjeta de crédito. Estoy convencido que si busco más ejemplos encontraría muchos más, pero el más claro es que todos podemos algún día ser destinados por el infortunio sentir la necesidad de tener un albergue municipal.

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