La sección sindical de CCOO quiere mostrar su indignación en mayúsculas, su malestar y repulsa, por los hechos acontecidos en el día de ayer en relación al brutal apedreamiento sufrido por los componentes del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento.
Pedradas por un grupo de desaprensivos con afán de pretender hacer daño, en primer lugar a los Bomberos, en segundo lugar, a ellos mismos por la desconsideración que tienen a sus propias vidas y, en tercero, y no menos importante, las de sus propios vecinos y conciudadanos.
Por otro lado, queremos hacer una llamamiento a la ciudadanía para evitar en la medida que les sea posible estos lamentables hechos, y denunciar ante la autoridad judicial cualquier información que tengan con fin de ayudar a identificar a los encapuchados que en diversas ocasiones, y como si de un juego se tratara, provocan numerosos incendios para alertar al Cuerpo de Bomberos y recibirlos a golpe de piedras, ladrillos y/o cualquier otro objeto que se encuentran a su paso.
No cabe ninguna duda sobre la implicación y profesionalidad de los componentes de mencionado Cuerpo para que cuando tienen conocimiento de cualquier hecho motivo de su presencia, se personan a la mayor brevedad posible con el objeto de evitar males mayores, pero de esto, no puede resultar que ofrecer el mejor de los servicios al ciudadano y en óptimas condiciones, no es señal ni motivo suficiente como para poner “gratuitamente” sus vidas en peligro, y CCOO apoya y defiende a este servicio esencial, que para dar seguridad en primer lugar hay que tenerla.
Igualmente, denunciamos al representante del Gobierno en la Ciudad, que por dejadez o por falta de apoyo de su mismo Gobierno, parece que no tiene datos ni estadísticas suficientes como para que nos tengan en cuenta y se demande de una vez por todas el aumento de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que son los que al fin y al cabo deben de garantizar la buena convivencia.
Desde CCOO exigimos a los responsables políticos que tomen las medidas urgentes y necesarias, y que sean escrupulosamente serios y actúen con el mismo nivel de participación y responsabilidad que emplean estos servidores públicos que nunca abandonan el requerimiento ciudadano a sabiendas de que pueden sufrir una emboscada.
Reivindicamos, pedimos y, si cabe, rogamos, la adecuación de un protocolo de actuación en atención al incremento exponencial de los brutales apedreamientos, con el propósito y fiel compromiso de no tener que lamentar por una desgracia.
