Un acto de respeto no puede ni debe ser reprobado

La Comunidad Hindú de Ceuta, respetuosa con todas las demás culturas de nuestra ciudad, deseaba hacer una ofrenda a la patrona de nuestra ciudad: la Virgen de África. En ningún momento se ha tratado de un culto religioso.

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photo_camera Momento de la entrada de Ganesh en el Santuario de África (C.A.)

Se trata de un acto al que he asistido en algunas ocasiones y en todas ellas, siempre me he sentido profundamente conmovida, independientemente de mis creencias religiosas, y me he sentido conmovida sobre todo al ver el cariño demostrado por ambas comunidades la una hacia la otra. Un acto de respeto no puede, ni debe ser reprobado.

Cursé mis estudios en un centro religioso católico. En Mayo junto con el resto de mis compañeras, llevaba flores a la Virgen en la capilla del colegio de Nuestra Señora de María y Jesús del Buen Consejo. Nunca las hermanas rechazaron mis muestras de respeto ni mi ofrenda floral. Creo que contrariamente a lo que dice hoy el obispado, ningún católico se sintió alarmado porque yo hiciera esas ofrendas... Es más, creo y así me lo manifestaron en más de una ocasión que se sintieron muy honrados.

Y es que señores, la religión hindú, cree en un único Dios. No es politeísta como se enseña en los colegios en Occidente. Es monoteísta aunque Dios se represente con distintas formas y nombres según sus virtudes, al igual que ocurre con la Virgen María en la religión católica, que aunque haya de Fatima, de África o de Guadalupe, todos sabemos que es una. Siendo monoteístas, los hindúes creen que Dios es sólo uno y les da igual recogerse en oración en una Iglesia o en el templo Hindú. Es una pena y nos hace sentir menospreciados, cuando sólo tratábamos de mostrar nuestro cariño a la Virgen y a su Hijo. Aún así, les aseguro que la Comunidad Hindú, conformada por gente de bien, no va a cambiar su actitud de convivencia y respeto... aunque hoy se sienta triste.

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