“Quien no puede limpiar su casa no puede limpiar España”, es la frase con la que nuestro presidente Albert Rivera exponía el pasado 31 de Enero en las páginas del diario El Mundo quien no puede abanderar la lucha contra la corrupción.
La corrupción se ha convertido en el segundo problema de los Españoles después del paro, pero esto no es nuevo, venimos sufriendo esta lacra desde siempre, pero duele mucho más cuando quienes la cometen se manifiestan políticos demócratas, la dinámica política exige instituciones, órganos y normas que permitan ordenar la actividad política y hacerla estable y a mi entender eso ha faltado en muchas ocasiones en nuestra democracia, conduciéndonos a la situación actual, pero cabe recordar lo siguiente:
Desde la llegada de la democracia, allá por el 1977, prácticamente todos los partidos se han visto implicados en numerosos casos de corrupción. Desde los más grandes PSOE y PP, hasta otros más pequeños de ámbito regional como Convergencia i Unio, PNV, UPN y Coalición Canaria, o de ámbito local como Unió Mallorquina, Partido Independiente de Lanzarote o el GIL de Marbella, por poner algunos ejemplos sin olvidar los casos de corrupción de algunos sindicatos. Forman una larga lista de casos, siendo los más sonados los siguientes:
En el PSOE: casos AVE, FILESA trama usada para financiarse ilegalmente, escándalo de los ERE,s , cursos de Formación de Parados, operación Pokémon, operación Campeón.
En el PP: Casos Gürtel, Nóos, Palma Arena, Caso Acuamed, usados para financiarse ilegalmente, cuando no para llevarse el dinero “a espuertas”.
Convergencia i Unió: Casos Banca Catalana, Palau de la Música, ITV, etc.
GIL: Operación Malaya (Marbella).
Ejemplos que muestran una casi interminable lista de casos de corrupción en toda España y demuestran que en los muchos años de gobiernos del PP y PSOE no ha habido una verdadera voluntad de acabar con la corrupción. Ha faltado por tanto esa dinámica política que mencionaba al comienzo, sobre todo en lo que concierne a los órganos y normas que habrían permitido luchar contra esa lacra más eficazmente.
Un estudio de la Universidad de Las Palmas de 2013 cifra en más de 40.000 millones de euros el coste social de la corrupción en España y más recientemente elEconomista.es ha publicado que la corrupción política en España ha dejado un agujero en las arcas españolas de más de 7.500 millones de euros.
Yo personalmente siempre he manifestado que la corrupción es consustancial con el poder, ligado además a la condición humana y a la ausencia de determinados valores éticos y morales que parecen haber ido desapareciendo en la sociedad materialista en la que nos hemos instalado. Por eso considero que es muy difícil acabar con su existencia, pero si debemos intentar ponérselo difícil a aquellos que quieren prevalerse de su posición para conseguir unos lucrativos beneficios. Para ello debemos proveernos de leyes y de órganos que hagan eficaz y eficiente esta lucha, que actué de forma rápida contra corruptos y corruptores y que además permita revertir a lo público lo ilícitamente obtenido.
“Lo público”, expresión muy usada, pero que no todos somos conscientes de lo que significa, “lo público” es nuestro bolsillo, cuando algún corrupto (ya sea persona, partido o sindicato), se lleva una “mordida” nos está robando a todos, cuando una empresa cobra por un contrato más de lo que le corresponde, para pagar una “mordida”, se lo estamos pagando entre todos, “lo público” somos todos y cuando se va el dinero en corrupción dejamos de tener un nuevo hospital, colegio, mejores becas o pensiones, por eso es importante que tomemos consciencia de lo que la corrupción nos supone a todos y lo demostremos cuando vamos a las urnas.
Ciudadanos propone firmar un pacto contra la corrupción y en favor de la transparencia, elemento que es eje fundamental de las negociaciones que se llevan a cabo para conseguir que se forme nuevo gobierno. Nuestro partido no podrá impedir que nos lleguen este tipo de personajes, pero lo que sí está decidido es a combatirlos desde el primer momento, dotándonos de las herramientas necesarias y expulsándolos de la vida pública con el primer conocimiento de los hechos que se tengan, así es como venimos actuando. En C´s tenemos propuesto un decálogo de medidas contra la corrupción que puede ser consultada en www.ciudadanos-cs.org entre los que incluimos la Responsabilidad patrimonial subsidiaria de los partidos políticos en casos de corrupción de sus cargos públicos, de este modo los partidos serán más diligentes en el control interno de los casos de corrupción que puedan afectarles.
A pesar de todo, estamos convencidos de que no es suficiente con hacer propuestas y declaraciones de buenas intenciones. El ciudadano de a pie está tan cansado de casos diarios de corrupción, de personajes imputados, de millones de euros defraudados y malversados que hay que devolverle la confianza en el sistema y en la labor de la política. No basta con proponer, hay que actuar y dar ejemplo. No basta con dimitir cuando la espada de la justicia pende sobre la cabeza del imputado. Hay que demostrar un comportamiento ético desde el principio.
En C´s hasta ahora hemos demostrado una contundencia que pretende ser ejemplarizante en ese sentido. Desde las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015, un total de 59 cargos públicos han abandonado el partido: 46 han sido expulsados y 13 han sido “invitados” a dimitir, y es un proceso de control y vigilancia constante. Un partido tiene responsabilidad sobre la actuación de sus representantes. Y no queremos ni podemos permitir que haya casos como el de la señora Aguirre que sólo presentan la dimisión cuando estalla el escándalo ante la opinión pública. En política, como en la medicina, la buena salud se consigue mediante la prevención y las costumbres saludables.
Es hora de empezar no sólo a promover la honradez y la decencia, sino de ser honrados y decentes. Ese es nuestro compromiso.
