Si yo fuera presidente de mi ciudad

Si yo fuera presidente de mi ciudad intentaría hacer muchas cosas, claro. Sobre todo cosas orientadas a buscar el bien común de la gente a la que represento y a la que me debo. Y por ello, le prestaría mucha atención a una de las actividades que por antonomasia desarrolla valores y buena convivencia: el deporte.

Si yo fuera presidente de mi ciudad intentaría hacer muchas cosas, claro. Sobre todo cosas orientadas a buscar el bien común de la gente a la que represento y a la que me debo. Y por ello, le prestaría mucha atención a una de las actividades que por antonomasia desarrolla valores y buena convivencia: el deporte.

Sí, el deporte en mi ciudad. Nunca descuidaría este aspecto de los Caballas, para que no ocurriese lo que ha pasado con el Club de Aeromodelismo de Ceuta, que llevaba más de cuarenta años volando en la Loma de las Arvejas (sobre El Pantano) y de un plumazo le han dejado sin deporte y pasión.

Porque, por desgracia, las autoridades de nuestra ciudad a este humilde deporte lo han ninguneado decidiendo mutilar el llano de la pista de despegue dándole la parte municipal a la Asociación de Cazadores y Pescadores de Ceuta ya que la otra parte es privada y por la cual pagan los aeromodelistas un alquiler con mucho sacrificio.

Sí, en ese llano que todos los ceutíes conocen desde antaño con el nombre de Pista de los Aviones y que aparece así denominado hasta en el Google Earth. Ese lugar que hasta hace poco disfrutaban multitud de caballas para pasear con sus hijos al aire libre, con la familia, en bicicletas, monopatines, en el Día de la Mochila, o para disfrutar de las vistas, etc., ahora ha quedado semi-vallado para uso y disfrute de algunos cazadores (solo algunos, que no todos) cortando el paso al llano.

De todas estas acciones se deriva la siguiente cuestión: ¿Cómo gestionan nuestras autoridades? Siendo ellas las que tienen la obligación de velar y arbitrar el uso que se hace de los bienes públicos en igualdad de condiciones para todos, por tanto, de su correcto proceder no debería generarse discordia o enfrentamientos entre distintos colectivos de deportistas.

No se puede destruir la ilusión de un grupo de deportistas porque otro grupo o asociación haya tenido la ocurrencia de montar una granja en mitad de nuestras instalaciones deportivas con la intención clara y públicamente expresada, de obligarnos a dejar de volar allí a pesar de que hemos colaborado durante años con su asociación, a la que siempre hemos respetado y con la que hemos compartido nuestras instalaciones para facilitarles sus practicas de tiro.

Como colectivo de aeromodelistas, nos negamos a creer que  la idea de instalar esta granja y en ese lugar haya sido fruto de una decisión colectiva de los cazadores de Ceuta. Creemos que obedece, más bien, a que algunos pudieran seguir incondicionalmente a un líder, personalmente muy interesado en esa granja. Pero hay que considerar que en ocasiones los líderes se equivocan pudiendo perjudicar  a terceros y hasta su propio grupo.

Afortunadamente nos reconforta encontrarnos a cazadores y otros colectivos ciudadanos que comparten el malestar que venimos sufriendo y que se hacen las mismas preguntas que nosotros: ¿No había otro sitio para montar esa granja? ¿Tenía que ser en mitad de nuestra pista? ¿Es de interés general esa granja? ¿9.000 metros cuadrados de suelo público para perdices? ¿A quién beneficia esta operación? ¿Dónde están las instalaciones? Nosotros tan solo vemos caballos, cochinos, gallinas guineanas, perros encadenados, mucho cemento en el suelo, pero… ¿Y dónde están las perdices? Si nos han quitado la parcela para criar perdices, ¿Por que la usan para otras actividades?

Es absurdo creer que la mitad de nuestra pista es el único lugar en Ceuta donde se puede instalar una granja de cría de unas delicadísimas perdices morunas que, parece ser, se asustan hasta con el ruido de los motores de los aeromodelos.  Más absurdo aún es creer que tan delicadas perdices puedan compartir cercanía o espacio con otro tipo de animales o incluso con aquellos potencialmente contaminados y sujetos a cuarentena, pues sin contar aún la granja con licencia de apertura ya nos hemos visto obligados a denunciar ante el SEPRONA el núcleo zoológico que allí se ha constituido con animales que nada tienen que ver con las perdices que debería albergar el lugar (según el objeto de la concesión administrativa de carácter finalista otorgada por la Ciudad Autónoma bajo la presidencia de D. Juan Vivas).

Practicamos el aeromodelismo porque genera un estímulo en nuestras vidas, fomenta el compañerismo, actúa como terapia ocupacional, es un pasatiempo fascinante y un magnifico liberador de estrés, etc.; como casi todos los deportes y -por ello- el colectivo de aeromodelistas quiere expresar públicamente que no pretendemos cercenar las ilusiones de otros colectivos como el de los cazadores  (llámese granja o lo que sea) pero si que éstas se desarrollen de forma que no perjudique a otros. Nuestra posición esta clara: solo buscamos divertirnos en compañía de todo el que se acerque a nuestra pista, incluido los cazadores, como siempre ha sido.

Los aeromodelistas de Ceuta podemos entender que se hayan equivocado las autoridades con el Sr. Presidente Vivas a la cabeza al otorgar esa concesión por ignorar lo expuesto y de que no existe otro terreno en Ceuta que reúna unas mínimas condiciones para desarrollar nuestro deporte como donde estamos, difícilmente comprenderíamos que no rectificara. Terminamos con una pregunta lanzada al aire de los montes ceutíes: ¿Quién se beneficia realmente de esta granja?

Nos tememos que esto, lamentablemente, continuará.

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