Desde algún tiempo, vengo escuchando a algunos, que el próximo presidente del Partido Popular, debe ser un hombre político con experiencia… ¡Chúpate esa! Esto se llama contrato indefinido, sin oposición. Es decir que solo pueden ser políticos los que ya son políticos. ¡Toma pastilla de goma, Jeroma! Ante este disparate, yo me he detenido a pensar, sobre lo que es un hombre político o sobre lo que es un buen gobernante. Sobre ello, Aristóteles, consideraba al hombre político como aquel que puede ocuparse de los intereses comunes, manifestando que su virtud en el mando debe ser la prudencia, considerando que la asociación política tiene como fin, no solo la existencia de los ciudadanos, sino también su felicidad. (Aristóteles. libro tercero. Del estado y del ciudadano. pag.110 y ss.)
Entonces… sobre el político con experiencia que se comenta… ¿Alguien recuerda quién era, incluso quién lo conocía, antes de ser elegido, como actual presidente de la ciudad o del partido popular antes de ser político? Y sobre todo… ¿Quién es mejor? Aquel que dirige un simple mantenimiento de la sociedad sin ambición, ni futuro de crecimiento encorvando la espalda de los ciudadanos, ya que simplemente gasta lo que otros le dan, como los simples economistas o contables saben hacer, o el que usando lo que se tiene, actúa como germen de nuevas ideas que mejoraran las vidas de sus ciudadanos haciéndolas progresar. Es decir, favorecer una sociedad de bienestar en progreso o simplemente mantener una situación heredada. Por ello, considero que el simple equilibrio de poderes en el que solo la experiencia puede servir de guía, no es tan necesaria, salvo que se quiera perpetuar a lo que hay… ¡Nada más!
Pero además… ¿Qué experiencia se necesita? Porque…esta sin duda es una buena fórmula para una simple gestión de mantenimiento, que solo necesitan saber de sumas y restas para ver sin más futuro, que es lo que queda en la caja. Esto… ¡Cualquier contable es capaz de hacerlo!, ya que su éxito o fracaso depende de lo que le den para hacer sus cálculos matemáticos. Luego…los economistas o los contables no son necesarios en la dirección, solo lo son en la oficina de cuentas de cualquier empresa, para saber cómo va, jamás para hacerla progresar. Porque no nos engañemos, estos son felices pensando en lo magnifico que es navegar en el mar de la contabilidad, subiendo primas e impuestos a los demás. Y de esta manera, ellos solo son capaces de alcanzar una simple y vacía, identidad sonora entre los ciudadanos conforme a lo que puedan repartir entre ellos. Actitud esta que solo permite una vacía época de cierta paz lineal sin progreso, que siempre abocan al deterioro social
Sin embargo, un buen gobernante, debe ser aquel practico emprendedor, que sabiendo y conociendo lo que tiene, lucha por ampliar el bienestar y el progreso de los ciudadanos. Y esto nunca puede hacerlo solo, sino que necesita de un buen equipo. Y para ello, debe conocer los datos reales que los funcionarios especializados le deben explicar claramente. ¡Y funcionarios los hay muy profesionales, con experiencia y excelentes en lo suyo! Después, el líder, debe ser ambicioso, buscando objetivos superiores de mejora social y económica, que él considera honestos y útiles para todos. A esto se le llama… ¡Voluntad política! Porque de esta manera, conociendo el punto de partida y la meta deseada, se reúne con los más capacitados para que le asesoren, dirijan sus ambiciones y determinen cual debe ser el camino necesario para alcanzar sus deseados objetivos o en caso contrario, simplemente hasta donde pueden llegar o aceptar humildemente, que ni tan siquiera son posibles. Y aquí, entra el verdadero valor del líder…aunar a gentes de valía para formar el equipo que le ayudaran a realizar sus objetivos políticos de mejora social, haciéndolos objetivos propios de cada uno de ellos. Porque estos últimos, son los que verdaderamente crean al líder. Mas… ¿Existe esto realmente hoy día en nuestra ciudad? ¡Creo que no!
Luego, el verdadero valor del gobernante, no se cifra solo en su persona, sino en la habilidad de configurar un equipo de profesionales capaces que le dirijan y ayuden en la búsqueda de los objetivos que su voluntad política marca y desea. Solo con ellos, con buenos equipos, podrá crear permanencia y futuros necesarios de progreso para la ciudad. Este es el verdadero reto de todo aquel que pretenda la presidencia del partido y del gobierno de la ciudad… ¡Conseguir un buen equipo! Y si es posible, ya lo dijo Aristóteles, de gentes que han alcanzado una vida profesional y de prestigio personal con anterioridad a su llegada a la política. Esta es la diferencia entre economistas o contables y empresarios o entre el simple ciudadano y el gobernante. ¡El equipo de profesionales cautivados por sus ideas, no por su servidumbre al poder! Y estos…el equipo… deben confiar en su líder, nunca estar recelosos de su apoyo. ¡Esto, no parece que exista actualmente en nuestra ciudad!
Sorprendentemente, ahora se habla mucho del liderazgo. Palabra difusa que casi nadie entiende. Ignoran que el líder, salvo honrosas excepciones que yo no conozco, son personajes creados por los demás, que solo necesitan el valor personal del prestigio reconocido y ganado por ellos mismos. También a ser posible con la vida ya resuelta fuera de la política. Si esto no es así, siempre serán líderes débiles, ya que son creados y dominados por quienes los erigen. Consecuentemente, en la compleja situación social en que la ciudad se mueve, se debe buscar a gentes que influyan en las demás y que los empujen hacia el logro de nuevos objetivos. ¡Escoger no solo al líder, sino al que tenga mejor equipo…es la importancia crucial de las listas cerradas! Ya que siempre, en cualquier grupo social, hay personas destinadas a ser más activas que las demás. ¡Estos son a los que se deben buscar! A personas que, sin depender exclusivamente de la política, puedan crear o ayudar a sus creados líderes. Solo así, el liderazgo y la seguridad dará confianza a los ciudadanos.
Y por tanto… ¡Hay que buscar y crear nuevos líderes y equipos que sustituyan a los que ya incapaces, solo saben bostezar! Y ahora…con el próximo congreso del Partido Popular, ¡Este partido está a tiempo de elegir a un nuevo líder de gran prestigio profesional y personal, que no necesita de la política para vivir! Y ¡Parece que lo hay! Solo necesitará ser humilde y escoger gente de valía que le ayuden, porque ahí estará su éxito o fracaso. Además de recordar como decía Maquiavelo en su libro el Príncipe…” si un asesor siempre aconseja cosas en las que él gana siempre algo…mal consejero es”. Pero bueno… ¡Alea Jacta Est!
