Los ciudadanos ni deben ni pueden olvidar que en los últimos años han sufrido las consecuencias de los sacrificios, esfuerzos y renuncias realizadas para conseguir ajustar las cuentas públicas. Han sido años de estrecheces, sin más apoyo que la esperanza, porque se sufrían las penalidades, pero no asomaban las recompensas. Cuatro años después, podemos afirmar, que hemos salido adelante sin dejar atrás a nadie, sin abandonar a ningún español y menos a los más débiles. Hoy España es el país de la Unión Europea que más empleo genera y donde se produce más crecimiento.
Por todo ello los españoles y las españolas no deberían correr riesgos en unos momentos esenciales en la consolidación de las mejoras alcanzadas. Sería tremendo que nos bajaran en marcha de la recuperación para caer como Grecia, claro ejemplo de las políticas impulsadas por el populismo de los extremistas radicales. Todo el que quiera una España moderna, de concordia, de empleo y progreso está llamado a parar los pies al extremismo apoyando al Partido Popular el 26J.
Pues no podemos obviar que, debido a nuestro sistema electoral, en numerosas provincias, ante todo las de menor tamaño, votar a Ciudadanos será regalar un diputado a Podemos, pues la formación de Albert Rivera no va a tener suficientes votos para alcanzar un escaño. Es en estos municipios donde se juega el futuro de España, donde la coalición Unidos Podemos sumará los votos necesarios para conseguir el escaño en juego. Por ello, cuando se trata de nuestro futuro, tenemos que apostar a caballo ganador. El 26 de junio solo hay una opción ganadora para frenar el extremismo: votar al Partido Popular.
