UGT-Salud solicita al Ingesa un estudio que determine la afectación de su personal al “Burnout”

"Determinar la afectación del personal de nuestra Área de Salud al síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado, y analice las causas y/o factores que puedan estar afectando al mismo"

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En escrito dirigido al Director del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), D. Alfonso Jiménez Palacios, la FeSP-UGT a través de su representante de Salud, ha solicitado la realización de un estudio que determine la afectación del personal de nuestra Área de Salud al síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado y analice las causas y/o factores que puedan estar afectando al mismo, así como de las medidas a adoptar para evitarlo.

En el citado escrito se expone lo siguiente:

En la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebrada el pasado 25 de Mayo, los expertos de dicho organismo acordaron incluir en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), el síndrome de “burnout”, como problema asociado al empleo y descrito así mismo como síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito (código QD85) y que degenera en agotamiento físico y mental debido al estrés crónico asociado con el trabajo y el desempleo, según afirmaciones de la OMS.

FeSP-UGT considera que el personal estatutario que presta atención directa a la ciudadanía en el ámbito de los Servicios Públicos de Salud, y se ven caracterizados por las siguientes circunstancias: la mayor presión asistencial como consecuencia de los recortes en recursos humanos, el sobreesfuerzo ante la falta de efectivos que conlleva mayores cargas de trabajo, la turnicidad, el trabajo nocturno, las agresiones físicas y verbales,  el envejecimiento progresivo de nuestros profesionales ante la escasa incorporación de nuevos profesionales, la temporalidad, etc., factores todos ellos que tienen grave repercusión sobre la salud de los trabajadores, pueden  influir en el grado de burnout de estos trabajadores, como también atestiguan estudios ya existentes en los cuales se asegura que “un 37% de médicos del SNS aseguran sufrirlo, incluyéndose asimismo a los médicos interno residentes (MIR).”

El organismo internacional hizo hincapié en las responsabilidades de las Autoridades Sanitarias en las medidas de prevención y tratamiento de este síndrome de burnout, que además “puede causar un grave deterioro a nivel personal, familiar, social o en otras áreas importantes de funcionamiento.

La nueva clasificación entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2022.

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