Esta vez me dirijo a usted de madre a padre

Gema es miembro de la Plataforma por una Educación Digna y quiere contestar a un padre y docente que el otro día criticó a esta Plataforma. 

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Soy Gema González Pino, madre de dos niñas de 5 y 6 años, y soy miembro de la Plataforma por una Educación Digna en Ceuta, pero esta vez me dirijo a usted de madre a padre.  No tengo reparos en dar a conocer mi identidad porque creo que es justo lo que denuncio y reivindico. 

Me propuse centrar mis esfuerzos en conseguir mi meta: UNA JORNADA LECTIVA COMPLETA Y SEGURA, pero le debo a mis hijas y al resto de madres y padres que piensan como yo, darle una respuesta cuando entre líneas claramente se lee en su carta que nos mueve la comodidad horaria y el café tranquilitos.  No se equivoque y no generalice, defendemos la educación de nuestros hijos, y no llego a comprender en qué momento esa reivindicación puede molestarle ostentado la condición de padre y además docente.  Buscamos y pretendemos una educación completa con TODAS las medidas de seguridad que los expertos determinen.  Quizás ahí pueda estar la discrepancia, nosotros dejamos las medidas de prevención a los expertos y algunos pretenden imponer las suyas y sin distinguir escenarios ni atender a los daños colaterales.  No nos malinterprete, también queremos una ratio baja, creemos que es imprescindible para una educación de calidad, pero NO si es a este precio y NO si no viene impuesta por la epidemia.  Le cojo el testigo de que hay muchas cosas por mejorar, nosotros no nos hemos puesto fecha de caducidad, no nos la ponga usted.

Desconozco si forma parte de la Plataforma porque desconozco su identidad, pero si no es así, lo invito a unirse y además a contribuir con todos los conocimientos que demuestra tener sobre el sistema educativo en Ceuta y sus carencias.  De esa forma conocerá lo que se reivindica realmente y no creo que como docente esté en desacuerdo, quizás pueda parecerle insuficiente y le doy la razón, pero el tiempo nos apremia y el que abarca mucho en poco tiempo, poco consigue.  A mí como madre, muchos de los problemas que usted denuncia se me escapan (no estoy dentro de los centros educativos y, salvo despiste por mi parte, nunca he visto que se reivindiquen los mismos, a excepción de las excesivas ratios).

La Plataforma no cuenta con dos administradores (su Facebook sí) ni con estatutos ni legalización en Delegación del Gobierno.  La urgencia del tema lo hacían inviable, pero cuentan con la voz de más de 3500 personas que se han plantado ante lo que se hace con sus hijos.  No hace falta forma jurídica para tener una VOZ ALTA, CLARA Y COMÚN: NO ESTAMOS DISPUESTOS A SEGUIR SOPORTANDO EL AGRAVIO AL QUE SE ESTÁ SOMETIENDO A NUESTROS HIJOS. QUEREMOS LA JORNADA LECTIVA COMPLETA CON TODAS Y CADA UNA DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD QUE IMPONGAN O RECOMIENDEN LAS AUTORIDADES SANITARIAS (NI UNA MENOS).

Queremos eso porque nos interesa la educación de nuestros hijos, todo lo que los centros educativos le proporcionan y que se les ha arrebatado, quizás hemos reaccionado tarde, pero céntrese en lo bueno, porque ya hemos reaccionado.  Desconozco si hay pizarras o tablets rotas, o si hay goteras en los colegios… no tengo constancia de ello ni nunca se nos ha pedido apoyo para lucharlo, ahora los padres si le pedimos apoyo a los docentes para que defiendan al menos una parcela de la dignidad de la educación de nuestros hijos, pero sobre todo, no nos culpe a los padres de no denunciar lo que desconocemos si no se promueve y publica desde dentro.  En todo caso, le indico que al menos mis hijas, aun en las condiciones que usted hace públicas (y de todo corazón, espero que esté exagerando), venían felices del colegio.  Los niños no reparan en desperfectos, ellos son especiales e inocentes, se quedan con lo mejor: lo que aprenden y lo que juegan.  Lo primero se lo han recortado a la mitad (todos sabemos que no son ni 3 horas) y lo segundo directamente se lo han quitado.  Me centro en lo que pierden mis hijas porque es lo que conozco de primera mano, pero imagino y comparto la impotencia de los padres y madres de alumnos de niveles superiores, o los que se juegan competir por una plaza en la carrera universitaria con la que sueñan sin concurrir en igualdad de condiciones.

Nuestra reivindicación no es hacia los docentes. Hacia ellos solo podemos tener palabras de agradecimiento porque en un curso tan complicado, han dado lo mejor de sí para que las carencias de nuestros hijos sean las mínimas.  Usted como padre y maestro debe coincidir conmigo, han puesto todo su esfuerzo, pero con los medios que tienen no ha sido suficiente.  Nuestros hijos no se merecen el mínimo, se merecen TODO y como mínimo LO MISMO.

Si realmente agradece nuestra iniciativa no nos menosprecie ni rebaje nuestra reivindicación.  A la mayoría no nos importa el café tranquilo, le aseguro que disfrutamos el café con nuestros hijos al lado con un colacao, pero sabemos que estarían mejor en ese momento estudiando y siempre podemos merendar o cenar juntos.  Tampoco nos mueve la conciliación laboral, en este aspecto hemos estado a la misma altura que los docentes y “también lo hemos conseguido”, y ello a pesar de que somos conscientes que dicha conciliación ha podido poner en más riesgo a nuestros hijos (como es su caso, “doble supuesto grupo burbuja”) o a nuestros mayores cuando no ha quedado más remedio que tirar de ellos. 

No nos fastidia la conciliación, no se equivoque, nos crispa que nos tomen por tontos y nos quieran vender que con este sistema de desdoblamiento de turnos se protege a nuestros hijos en mayor medida, cuando sabemos que lo único que les ha movido es el ahorro.  Quienes lo decidieron conocen que los niños tienen la mala costumbre de comer y que los padres tenemos que trabajar para ello, por lo que este sistema únicamente propicia que se multipliquen los contactos.  Y créame, no tuve a mis hijas pensando que un día irían al colegio y yo podría ir al gimnasio o libremente a trabajar.  Era consciente de que la responsabilidad de mis hijas recae sobre mí y siempre tendré que estar lista para buscar alternativas para cuidarlas bajo cualquier circunstancia, lo supe desde que nacieron.  Del mismo modo sé que siempre tendré que estar lista para protegerlas y defenderlas, y este es uno de esos momentos.

Es momento de priorizar, empecemos por recuperar lo que nos han quitado.  Después podemos luchar por mejorar lo que teníamos y coincido con usted, nuestras reivindicaciones no deben quedarse en la jornada lectiva completa, pero empecemos por lo urgente.  Hemos reaccionado tarde, pero todavía podemos conseguir muchas cosas por nuestros hijos, los alumnos de esta Ciudad.  

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