El gran problema de envejecer en esta sociedad con un 20,1% de las personas mayores de 65 años en nuestro país que se encuentran en situación de vulnerabilidad residencial. Otros asuntos como la soledad, están dando lugar a situaciones de exclusión. Si queremos una sociedad integradora donde todas las personas tengamos cabida, no podemos y no debemos olvidarnos de nuestros mayores. Para que cualquier persona puede ser partícipe de nuestra sociedad, el elemento base es optar a una vivienda digna.
Las ciudades de Ceuta y Melilla tienen un gran porcentaje de personas mayores vulnerables por ello esperemos que los 78.099 euros sirvan para asegurar de forma fehaciente, que esta partida presupuestaria sea destinada en su totalidad para la accesibilidad universal de muchas de las viviendas.
La mayor parte de esta vulnerabilidad se está dando en la vejez debido al resultado de una vida en desigualdad, todo esto por el olvido de unos dirigentes que no han hecho nada por este colectivo y del que nadie se ha ocupado. Estas situaciones son el resultado de políticas y legislaciones que están siempre dejando a este rubro de la población, fuera de las principales políticas de vivienda existentes actualmente.
Todos los días los dirigentes políticos deberían de pensar en garantizar la participación de nuestros mayores en nuestra sociedad, para mejorarles la integración y ofrecerles una buena calidad de vida, porque no solo basta con aspirar a ser una ciudad amigable con las personas mayores como sucede en Ceuta. La situación de dependencia en muchas comunidades de propietarios, carentes de medidas de accesibilidad hace que muchos de nuestros ancianos no puedan ni salir a la calle para poder pasear.
Otros factores que les obligan a vivir en una situación de precariedad, es la carencia de una ducha adaptada, dando lugar a abandonar sus casas o sus barrios, al margen de su voluntad para vivir en un entorno institucionalizado.
No se puede consentir que estos políticos se acuerden únicamente de la tercera edad, cuando hacen campaña. Es solo en esta época en la que los nombran para regalarles el oído para más tarde dejarlos en el olvido tal y como hacen siempre.
