El Gobierno de Vivas subestima un servicio público esencial y congela la partida de comunicación

Es incierto que el decreto del Gobierno obliga a paralizar el procedimiento administrativo para la distribución de la publicidad institucional 

Mientras el mundo razonable valora el trabajo de los periodistas en tiempos de coronavirus, el Gobierno de Juan Vivas deja hablar de reales decretos y suspensión de procedimientos administrativos al iletrado Gaitán.  

Cuando los medios de comunicación cumplen con un derecho constitucional como es el derecho a la información en tiempos de coronavirus, el iletrado Gaitán utiliza la palabra paralización.

En ningún momento el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma por el Covid-19, viene a suspender o paralizar, como ha dicho el portavoz del Gobierno, el iletrado Gaitán, el procedimiento que dé salida al reparto de la publicidad institucional contemplada en los Presupuestos Generales de la Ciudad de 2020. La disposición adicional tercera dice en su apartado 4 que no estarán afectados los plazos administrativos de los procedimientos y resoluciones “cuando estos vengan referidos a situaciones estrechamente vinculadas a los hechos justificativos del estado de alarma”.

No estaría de más que el presidente Vivas le diera un tirón de orejas a su portavoz y le recordara que son los medios de comunicación quienes informan cada minuto de la grave crisis sanitaria y económica que estamos sufriendo. Que estamos padeciendo todos. También los que informan. ¿Qué pasaría si mañana no hubiera medios de comunicación? ¿Cómo trasladarían su mensaje?

Las pequeñas empresas con sus empleados están haciendo una demostración de supervivencia en tiempos de coronavirus. Porque siguen -pese a todo- al pie del cañón. Porque la sociedad demanda atención y que se les informe, también de sus recomendaciones y cómo afrontar esta durísima realidad.

Todavía, después de casi veinte años de Gobierno local, hay que explicar a Juan Vivas que los medios siempre están para dar noticias, también en los tiempos de agitación, miedo e incertidumbre, porque es una obligación del periodista y un derecho de los ciudadanos, a quienes se transmite el mensaje de las Administraciones Públicas y los Gobiernos por el bien de la comunidad.

Cuando ilustres políticos de signo muy distinto y otras personalidades del ámbito nacional agradecen públicamente la labor que realizan los comunicadores, ustedes van y los pisan.   

Al presidente de la Ciudad se le tendría que caer la cara de vergüenza de escuchar a su portavoz, respondiendo una chuminada a una pregunta coherente sobre la grave crisis que afecta a Ceuta y a todas sus empresas.

La comunicación es siempre un servicio público fundamental y de interés general, pero más aún ante esta pandemia que nos ha tocado vivir.