LUNES SANTO

La lluvia impide que el Cristo de Medinaceli y la Virgen de los Dolores salgan a la calle

Los ceutíes no han podido rendir tributo a las imágenes del Cristo de Medinaceli y de María Santísima de los Dolores. La junta de gobierno de la hermandad, reunida en cabildo, decidía poco antes de las nueve de la noche suspender la salida procesional ante la previsión de que las lluvias harían acto de presencia durante el recorrido. 

La junta de gobierno de la hermandad se mantenía reunida en cabildo desde pasadas las siete de la tarde. Las previsiones meteorológicas, que sugerían la posibilidad de chubascos a la hora en la que las imágenes del Medinaceli y María Santísima de los Dolores deberían estar en la calle, aconsejaron adoptar la decisión que ninguno deseaba. Fuera, centenares de personas aguardaban intranquilas la resolución final de la junta.

A punto de dar las nueve de la noche, el hermano mayor del Medinaceli, Isidro Cortina, comparecía para dar la peor de las noticias. “Nos duele mucho, nos habría gustado salir y lo habríamos hechos si nos hubiéramos guiado por el corazón, pero hay que pensar con la cabeza”, confesaba Cortina. La junta de gobierno prefería preservar el patrimonio de un daño que habría sido irreversible si, finalmente, la lluvia hubiese caído sobre los tronos. “La gente está hecha polvo”, compartía el hermano mayor con gesto abatido.

Su afirmación quedaba pronto confirmada. Uno tras otro, los miembros de las cuadrillas, en silencio y entre sollozos, se iban agrupando disciplinadamente ante los dos tronos recogidos en la casa de hermandad para despedir a las imágenes por este año. Una oración recitada por un fraile franciscano cerraba el improvisado y emocionante acto. 

Minutos más tarde, los cofrades abrían las puertas de la casa de hermandad para que los ceutíes que se concentraban en el exterior pudieran rendir tributo al Cristo y a la Virgen.

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