Ceuta es una ciudad solidaria

Jóvenes, de todas las edades, se han dado cita en el IES Clara Campoamor para tejer por Ucrania, dentro del proyecto solidario de ámbito mundial #CROCHETFORUKRAINE

photo_camera 'Tejiendo con corazón' y 'Tejiendo Clara' unidas con Ucrania

El IES Clara Campoamor está llevando a cabo durante este curso escolar el proyecto “Tejiendo Clara: Convivencia, emociones e historias de vida a través del tejido en crochet” (#claracrocheters), coordinado por la profesora Verónica Rivera. Con él se pretenden alcanzar objetivos como concentrarse, aumentar la autoestima (ya que las labores en crochet ayudan a sentirse útil y bien con uno mismo);  desarrollar la paciencia y la perseverancia; fomentar la creatividad activa; favorecer las relaciones intergeneracionales y las relaciones sociales (tejer siempre ha sido un acto con un fuerte componente social) y, finalmente, luchar por alcanzar los objetivos y a tolerar mejor la frustración. 

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Jóvenes de todas las edades, tejiendo por Ucrania

Desde esta semana, tejer se convierte, además, en un acto de solidaridad con los niños y niñas refugiados de la guerra en Ucrania. Este fin de semana, el grupo “Tejiendo Clara” se hizo eco del llamamiento a la comunidad crochetera mundial para tejer mantas para Ucrania.

Las manos de la experiencia y las de la juventud
Las manos de la experiencia y las de la juventud

Inmediatamente surgieron muestras de apoyo y adhesión a esta convocatoria. Entre ellas, destacan la donación de material para tejer realizada por la “Mercería Luis” y la sugerencia de las mujeres que forman parte de “Tejiendo con corazón” para unir fuerzas, consejos, conocimientos y charla. 

Durante la tarde de este lunes, más de una treintena de alumnos y alumnas del IES ‘Clara Campoamor’, profesorado y mujeres de “Tejiendo con corazón” han vivido una experiencia de aprendizaje preciosa y única, demostrándose que haciendo “crochet solidario” desaparecen todo tipo de barreras y se produce un acercamiento cultural e intergeneracional muy difícil de lograr por otros medios. 

Así pues, la elaboración de mantas para los niños y niñas ucranianos ha servido para que, en la biblioteca del centro escolar, se escucharan historias de vida, recuerdos de cuando las abuelas empezaron a tejer en casa aprovechando la hora de la siesta, consejos sobre cómo hacer mejor el punto alto y todo ello, entre trozos de bizcocho casero y miradas que han rejuvenecido al volver a ser, por unas horas, adolescentes. 

En definitiva, tejer mueve el pensamiento de forma positiva, concentrada, ordenada y, por otro lado, conecta al alumnado consigo mismo a través de sus sentimientos. 


 

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