El chapiri rosa, como símbolo de la esperanza

Fernando Lázaro, el marido de la Dama Nayra Solero, reivindica que, el emblema que abanderó su mujer enfrentándose al cáncer, quede como un mensaje para quienes transiten por el camino que Nayra recorrió

El chapiri rosa
photo_camera El chapiri rosa

Hablar con Fernando Lázaro, el marido de la Dama legionaria Nayra Solero, es escuchar el eco de un grito de esperanza. De la esperanza con la que Nayra enfrentó todos y cada uno de los días desde que le dieron la noticia para la que nadie está preparado: "tienes cáncer", y la esperanza de que no se olvide su labor divulgando su día a día, entre tratamientos y recuperaciones.

Fernando no busca protagonismo para Nayra, solo que se recuerde "su lucha" y su activismo, por denominarlo de alguna forma, en redes sociales para que, quien la seguía y se encontraba en idéntica situación, "se sintiera bien", asegura Fernando. Porque "por muy malo que fuera el día, Nayra sacaba fuerzas", de donde no las había, para contar que su día había sido malo y que no pasaba nada por contar la realidad, porque ya llegaría un día mejor. "Aunque no se sintiera bien, lo que no se sentía ella" buscaba reconfortar a otras mujeres. Nayra narraba su historia de vida en las redes sociales, como ya hizo en su libro  “Mujer valiente, mi princesa guerrera, con su chapiri teñido de rosa”.

Con su chapiri rosa, sus ganas de vivir y enfrentando al cáncer de cara, sin usar eufemismos del tipo 'una larga enfermedad' porque el cáncer es cáncer, Nayra gritó que "sí se puede, porque se puede" afirma con rotundidad Fernando, aunque Nayra no pudiera, y aunque los tratamientos no siempre funcionen "hay que seguir probando cosas" sentencia el marido de Nayra, "ella se agarraba a cualquier cosa". Ese aferrarse a la vida y porque la esperanza es lo último que se pierde, es lo que desea Fernando Lázaro, que no se pierda ese símbolo que represente la memoria de Nayra, una mujer que no se escondió detrás de la enfermedad y que abanderó a su manera una forma de enfrentarse al cáncer.

Ese símbolo, ese chapiri rosa, esa entereza es lo que pretende Fernando Lázaro que quede reflejado en algo que perdure. "Yo no digo que le pongan su nombre a una calle, solo que 'algo' recuerde su 'lucha' para que no se olvide que sí se puede ganar al bicho" como Nayra hablaba en primera persona a su cáncer.

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