El 6 de diciembre de 1978, el pueblo español se acercó a las urnas para dar su refrendo al proyecto de Constitución aprobado por las Cortes Generales elegidas democráticamente en junio de 1977.
En el artículo 1 del nuevo ordenamiento constitucional se señalaba: "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político". Tras casi 40 años de dictadura, los españoles se dotaban de unas estructuras políticas plenamente democráticas, bajo la forma de la monarquía parlamentaria recogida en el artículo 3.
La nueva Carta Magna fue fruto del consenso alcanzado entre las principales fuerzas políticas del país: Unión de Centro Democrático (UCD), Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Partido Comunista de España (PCE), Alianza Popular (AP) y Pacte Democràtic per Catalunya. Los debates en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas fueron muy intensos, pero llegaron finalmente a buen término.
Los padres de la Constitución, designados por dicha Comisión con el cometido de elaborar el anteproyecto del texto, fueron Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez Llorca, Miguel Herrero de Miñón (todos ellos de UCD), Gregorio Peces-Barba (PSOE), Miquel Roca i Junyent (Pacte Democràtic), Jordi Solé Tura (PCE) y Manuel Fraga Iribarne (AP). El anteproyecto fue aprobado por las Cortes, en sesión plenaria de Congreso y Senado, el 31 de octubre de 1978.
La Constitución recibió un amplio respaldo en las urnas. El sí sumó el 88% de los votos emitidos (la participación fue del 67%) aquel ya lejano 6 de diciembre, día que desde entonces es festivo en España. La nueva Ley suprema fue sancionada por el Rey el 27 de diciembre, y publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) dos días más tarde.
