Las palabras de Fernández Cucurull han formado parte del discurso ofrecido en la cárcel de Los Rosales con motivo de la celebración del Día de la Merced, patrona de los funcionarios de instituciones penitenciarias.
El acto, que ha estado presidido por el delegado, acompañado por la presidenta en funciones de la Ciudad, Mabel Deu, y por el director de Régimen y Seguridad del centro, Pablo García, que sustituía al responsable del centro, se inició con la celebración de la Santa Misa, que contó con la interpretación de cantos a cargo del coro de la parroquia de Los Remedios.
A la conclusión del oficio religioso, se procedió a la entrega de distinciones a funcionarios del centro y a la Legión. Así, fueron distinguidos con la Medalla de Bronce al Mérito Penitenciario Sebastián Feria, jefe de servicio del centro, y Joaquín de la Cruz, jefe de la oficina. Los funcionarios Francisco Ruz , Francisca Pardo, Luis María Cristóbal Díaz y Luis Martín Armario recibieron sendas placas, así como el coronel jefe del Tercio Duque de Alba II de la Legión recibió una reproducción de un chapiri por su colaboración continuada con la institución.
El director en funciones de la prisión, Pablo García, se dirigió a los presentes excusando la ausencia del director del centro, “que no ha podido estar con nosotros por encontrarse en Madrid” recibiendo una distinción.
La festividad de la Merced debe recordar “la vigencia y la necesidad de la institución a la que servimos”, ha dicho, resaltando la figura de los distinguidos y agradecer a la Comandancia General y la Legión la ayuda prestada.
También ensalzó el trabajo que realizan las Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a los que agradeció “su transcendental implicación con el centro y por sus esfuerzos en atender nuestras necesidades”. Igual reconocimiento tuvo para con las oenegés y voluntarios.
Para finalizar, Pablo García tuvo un recuerdo para el “compañero Cándido, que desgraciadamente ya no está con nosotros pero que fue un legionario de su trabajo”.
Acto seguido tomó la palabra el delegado del Gobierno, que destacó que la sociedad española tenía ya claro hace más de cuatro décadas que las prisiones no podían ser espacios de exclusión. Por eso nuestro sistema penitenciario se sitúa en la orientación a la reinserción y en el respeto a los derechos de las personas privadas de libertad.
La sociedad española tenía ya claro hace más de cuatro décadas que las prisiones no podían ser espacios de exclusión. Por eso nuestro sistema penitenciario se sitúa en la orientación a la reinserción y en el respeto a los derechos de las personas privadas de libertad.
Un alto porcentaje de los internos, dijo, padecen enfermedades mentales que no han adquirido en la cárcel, o son drogodependientes, o presentan un bajo nivel educativo con antecedentes de fracaso escolar. La mayoría nunca han tenido un empleo fijo y muchos han padecido malos tratos, abusos o abandono. En definitiva, las prisiones concentran el resultado de algunos fracasos de nuestras sociedades.
Es por ello que la tarea principal debe ser su rehabilitación a través de la educación, el trabajo y el tratamiento de sus problemas de salud física y mental. La cárcel debe ser una escuela de libertad.
Nuevo centro penitenciario
Refiriéndose al nuevo centro penitenciario construido en la zona de Fuerte Mendizabal, Fernández Cucurull ha dicho que el nuevo centro se abrirá en el primer semestre de 2017. Como consecuencia de ese compromiso, durante el presente ejercicio de 2016, se pusieron en marcha los procesos de contratación del equipamiento necesario para el normal funcionamiento del nuevo centro, así como pequeñas obras interiores para solucionar algunos problemas de diseño. Los suministros del equipamiento se llevarán a cabo en la fecha más cercana posible a la apertura, para evitar su deterioro.
Asimismo, el personal adicional necesario para la puesta en marcha del centro se incorporará en el próximo ejercicio 2017, en el buen entendido de que, en primera instancia, el nuevo centro asumirá exclusivamente la población penitenciaria existente en la actual prisión de Los Rosales, para ir asumiendo posteriormente más carga de trabajo, a medida que los recursos presupuestarios lo permitan.
Al respecto, el delegado ha estimado conveniente precisar que la idea con la que trabaja la Institución, es que los nuevos reclusos que se vayan trasladando sean personas con arraigo en la ciudad, y que no tengan un perfil peligroso.
En cualquier caso, se trata de un gran salto cualitativo en las infraestructuras penitenciarias de Ceuta, pues vamos a pasar de un edificio del siglo XIX a otro del siglo XXI, una infraestructura de vanguardia que permitirá aplicar soluciones penitenciarias avanzadas, acordes con nuestro tiempo y que, al mismo tiempo, supondrá un notable impacto positivo en términos económicos en nuestra Ciudad, tanto por el personal funcionario y laboral que se irá incorporando a medida que el centro adquiera carga de trabajo, como por los suministros que contratará en el mercado local.
El delegado ha felicitado al director de la prisión, Francisco Delgado, y a todo su equipo, al igual que a los galardonados, por el magnífico trabajo que vienen realizando en el actual centro, que ha permitido que, a pesar de tratarse de un edificio tan antiguo, se haya mantenido el adecuado nivel de conservación que los reclusos y los trabajadores de la prisión merecen
También tuvo un recuerdo hacia Cándido, “recientemente fallecido, ejemplar trabajador y magnífica persona, muy querida y apreciada no sólo en este recinto, sino en toda Ceuta”
