¿Son las plantas desaladoras una solución para la sequía? La planta desaladora de Torrevieja, en Alicante, representa una de las soluciones más innovadoras en la lucha contra la escasez de agua. A través de un canal, el agua salada del mar es conducida hacia la planta, donde es sometida a un proceso de ósmosis para eliminar la sal y convertirla en agua potable.
Este proceso se lleva a cabo en una nave de 100 metros cuadrados, repleta de 3.040 tubos blancos con forma de torpedo. Cada tubo, de siete metros de largo y no más de 30 centímetros de ancho, contiene un material textil que actúa como filtro. La molécula de la sal, al ser más grande que la del agua, no puede atravesar este filtro, permitiendo que solo el agua pase.
La planta produce 240.000 metros cúbicos de agua potable al día, lo que equivale a 80 hectómetros cúbicos (hm3) al año, convirtiéndola en la desaladora más grande de Europa. A pesar de su capacidad, la desalación no es vista por todos como la solución definitiva al problema del agua, especialmente debido a su alto costo energético y económico.
Por otro lado, en Ceuta, la situación hídrica es crítica. A pesar de que los embalses de la ciudad mantienen una ocupación por encima del 50%, la Planta Desaladora de Benítez ha sido esencial para garantizar el suministro de agua para consumo humano. Sin esta planta, la situación en Ceuta sería desastrosa. Pero, ¿se es consciente del precio de desalinizar un litro de agua?. En la planta de Torrevieja hicieron un cálculo estimativo, porque varía en función del precio de kilovatio, y el precio de un litro de agua tratada en la planta ronda el euro con veinte céntimos.
La sequía que azota a Andalucía ha llevado a una situación crítica en el suministro de agua en muchos de sus municipios. La lista de localidades afectadas no deja de crecer, y la falta de abastecimiento se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los ayuntamientos de la región
Hasta la fecha, más de cien municipios andaluces enfrentan incidencias en su suministro de agua. Una de las medidas adoptadas ha sido el corte del agua de las duchas en la playas de Málaga y Cádiz por ejemplo. Ante esta medida, Ceutaactualidad ha salido a la Playa de la Ribera para conocer la opinión de los ceutíes sobre la posibilidad de cortar el agua de las duchas de la playa como medida de ahorro. La respuesta ha sido unánime: todos están de acuerdo en considerar las duchas de la playa como un privilegio y reconocen que, en muchos casos, el agua se desperdicia debido a reguladores mal ajustados.
