Flores, voluntad y preparativos: la Semana Santa que nunca se ve

La Semana Santa de Ceuta avanza, poco a poco, a pesar de que la lluvia haga peligrar las procesiones. Sin embargo, el trabajo de puertas para dentro sigue, para que si se puede, los pasos estén perfectamente engalanados

 Un grupo de cofrades prepara las flores/ Dani Hernández
photo_camera Un grupo de cofrades prepara las flores/ Dani Hernández

Del mismo modo en que la Semana Santa, desde el punto de vista religioso, no es solo poner un paso en la calle, se puede entender que esto último no se hace por arte de magia. Hay muchas horas, mucho trabajo silente detrás, mucha vocación y mucha voluntad sin reconocimiento para ver a los titulares de cada cofradía perfectamente engalanados para el encuentro de cada primavera con sus fieles.

Y no es un trabajo de minutos o de horas antes. La Iglesia de Santa María de África es un auténtico hervidero en las horas previas a la salida programada del Veracruz. Pero mientras la hermandad que custodia a la imagen más antigua de Ceuta -milenaria, según algunas versiones; más reciente, según otras- afana los últimos detalles, a escasos metros de distancia un grupo de mujeres y niños sigue con una labor entretenida, mecánica pero indispensable.

Flores. Cortarlas, prepararlas, revisarlas. Depositarlas en un cubo. A un par de metros de altura, alguien las va colocando, cuidadosamente, alrededor del Nazareno, el 'cristo de El Encuentro'. Que mañana estará perfectamente engalanado para, si el tiempo lo permite, protagonizar uno de los momentos más emotivos de la Semana de Pasión ceutí.

Para ello, aguardan horas de vigilia y desvelo, para que todo esté a punto. Las velas, las flores, la toca, los arreglos.... Aquello que no está por arte de magia, pero en lo que rara vez se repara. Mientras, todas las imágenes que tienen su sede en África (prácticamente la mitad) están ya en sus pasos. Junto al altar de la Iglesia, un detalle que a los habituales del templo patronal no se les pasará por alto: si la hornacina de la Veracruz está vacía, estamos en Semana Santa. Los pasos, en orden. Dentro de la Iglesia de África, pasan las horas entre conversaciones sobre el tiempo, la manera de entretener a los más pequeños y cuestiones del diario. Fuera, sigue la vida de una ciudad que, con la indulgencia de la lluvia, aguarda para encontrarse con una de sus más arraigadas cartas de identidad y tradiciones.

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