Elena Mateo: “te enamoras de Iryna”

Iryna Milovidova es una joven ucraniana de 21 años que llegó a casa de los Morales – Mateo por primera vez hace doce años y con una guerra por medio ha vuelto a su casa de acogida, con su familia española.

Elena Mateo - Iryna Milovidova
photo_camera Elena e Iryna no esconden su felicidad, pese al conflicto armada (S. I.)

Elena e Iryna pasean por las calles de Ceuta como cualquier madre e hija, pero detrás de esa relación maternofilial hay una gran historia. Iryna Milovidova es una joven ucraniana de 21 años que llegó a casa de los Morales – Mateo por primera vez hace diez años y con una guerra por medio ha vuelto a su casa de acogida, con su familia española.

Esta historia comenzó en 2010. “Todo surge porque mi consuegra, Maribel Lorente, a través de DIGMUN se trajo una niña de Ucrania y en aquel momento, la Asociación Andalucía-Ucrania daba la opción de acoger a niños ucranianos sin costes de tramites burocráticos ni desplazamientos, Ese año la trajimos a casa y una vez la traes, te enamoras de ella y no dejas que se vaya” asegura la diputada socialista Elena Mateo. De hecho Iryna permaneció en Ceuta, en el hogar de los Morales-Mateo hasta el 2016. “Ese año, preparamos la documentación necesaria para que se quedara con nosotros por estudios”, pero Iryna decide no cursar sus estudios en Ceuta, “aunque mantenemos el contacto”.

Iryna había rechazado la propuesta de Elena Mateos porque su intención era finalizar sus estudios superiores de Química en facultad de Zhytomyr, su ciudad natal, donde el gobierno ucraniano le costeaba estudios y piso compartido. Pero el rumbo de la vida de Iryna y de millones de ucranianos da un vuelco.

Mateo - Iryna - Francis Morales
Elena Mateo y su marido Francis Morales con Iryna cuando era una niña. (Cedida)

El pasado mes de enero, Iryna estaba en Alemania, trabajando “y cuando le quedaba un mes de visado, se pone en contacto conmigo preguntando si ese mes que le quedaba de visado podía venir a casa”. Elena Mateo y su marido Francis Morales no tuvieron dudas y dieron el sí a Iryna, que pisó Ceuta el 31 de enero y tendría que haber regresado a Ucrania el pasado 3 de marzo, pero ya no salió de la ciudad.

Elena vive el regreso de la que siente que es su hija, entre la felicidad del regreso y la tristeza por la motivo que lo ha originado. “Veo que sus amigas, del centro de acogida, y alguna de ellas no ha podido abandonar la ciudad de Zhytomyr y es duro”. El resto de padres de acogida no tuvieron la ocasión de traerlas a España antes de que se iniciase la invasión por parte de Rusia aunque les están haciendo llegar dinero, “veo que han roto su normalidad, sus vidas. Han tenido que dejar los estudios, el piso que compartían, es duro”, afirma Elena Mateo mientras esboza una sonrisa a mirar a Iryna, a quien ve “contenta con nosotros” que pese a dejar atrás muchas cosas, no ha dejado a su madre y a su padre, porque la madre biológica de Iryna perdió la patria potestad hace doce años y está con “su familia española, es lo que ella dice siempre”.

Iryna Milovidova es feliz con su familia española pero tiene “el corazón roto al ver lo que está pasando en mi país”. “Mi familia de Ucrania sigue allí, porque no quieren salir del país, porque tienen miedo a lo desconocido, a un nuevo país con un idioma que no conocen” afirma Iryna que afronta el futuro de forma distinta a como lo hacen sus familias, con su documentación en regla, es “feliz. Pero la situación cambia cuando se le pregunta por su país. “Me duele el corazón y lloro si se me pregunta por lo que está pasando”, afirma Iryna que saca su lado más fuerte, el de una mujer que no lo ha tenido fácil en la vida y que ama su tierra. “Ucrania es un país muy fuerte, como los ucranianos y como mi presidente”, sonríe al referirse a Volodímir Zelenski, “es muy bueno” afirma Iryna, a quien le brilla la mirada cuando habla de Elena, a quien da la gracias por haberla ayudado a lo largo de estos doce años y de quien dice que es “mi madre, mi amiga, todo”.