las claves: información y sensibilización

Cuatro menores de edad tuvieron órdenes de protección por violencia de género en 2016

Ceuta cuenta desde 2013 con la figura del referente de igualdad en sus centros escolares, una medida que el ministerio completa con la puesta en marcha de la campaña "Corta a tiempo" para que los adolescentes sean conscientes de que la violencia de género no entiende de edades y sepan identificar las primeras señales de una relación machista y dañina.

La Ley de Igualdad acaba de cumplir diez años pero las cosas no solo no han mejorado sino que parece que han empeorado, sobre todo si hablamos de violencia de género. Una violencia que no solo sufren mujeres adultas. Cada vez son más adolescentes que viven en una relación machista. El pasado año en la ciudad cuatro menores recibieron órdenes de protección.

Un dato preocupante para María del Mar Feria, jefa de la Unidad de Coordinación contra la violencia sobre las mujeres, quien ha explicado a Ceuta Actualidad que “en 2012 no llamó mucho la atención que cuatro menores tuvieran órdenes de protección, por lo que decidimos actuar desde la casa”. Para ello se creó la figura del referente de igualdad en los centros escolares e institutos de la ciudad. Así desde el 2013 se impulsan medidas para la igualdad a través de charlas, campañas y actividades con los escolares. Feria asegura que “la información no es lo único. La sensibilización es fundamental”.

Uno de cada tres jóvenes de 15 a 29 años considera inevitable o aceptable, en algunas circunstancias, controlar los horarios de la pareja, impedir a la pareja que vea a su familia o amistades, no permitir que trabaje o estudie o decirle lo que puede o no puede hacer

Según el último estudio de Percepción de la Violencia de Género en la adolescencia y la juventud, el 67% de los jóvenes de 15 a 29 años considera inaceptable la violencia de control. Es decir, uno de cada tres jóvenes de 15 a 29 años (33%) considera inevitable o aceptable en algunas circunstancias controlar los horarios de la pareja, impedir a la pareja que vea a su familia o amistades, no permitir que la pareja trabaje o estudie o decirle las cosas que puede o no puede hacer. Lejos de lo que se pueda pensar en la adolescencia las formas de violencia son exactamente iguales a las que sufren las adultas y que pasan, según Feria, por violencia física, psicológica, económica, verbal o sexual”. En este sentido, apuesta por cambiar las creencias y costumbres. “Tenemos que evitar los estereotipos, eliminar comentarios como `algo habrá hecho´ y sobre todo, tener tolerancia cero con la violencia de género en cualquiera de sus formas”.

Ante esta situación, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha lanzado la campaña “Corta a tiempo. El maltrato no llega de repente”. Con esta iniciativa se pretende ayudar a los jóvenes a detectar estas señales de maltrato, cortar a tiempo y apostar por relaciones sanas basadas en el respeto, la igualdad y la dignidad. Esta campaña va dirigida al maltratador para “se dé cuenta de que si tiene controlar a la chica lo mejor es dejarla”, matiza la jefa de la Unidad de Coordinación contra la violencia sobre la mujer en la ciudad.

Corta a tiempo. El maltrato no llega de repente, lema de la campaña

El objetivo es sensibilizar a los más jóvenes, dado que la detección precoz de las primeras señales de la violencia machista es esencial para prevenirla y para evitar que se agraven determinadas conductas de control, de falta de respeto, de aislamiento, de humillación o de agresión. Estas primeras conductas aún son más sutiles en la adolescencia y su normalización puede llevar a la justificación o aceptación de relaciones nocivas.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, los mayores aumentos del número de víctimas de violencia de género en 2015 respecto al año anterior se dieron entre las mujeres de 50 a 54 años (17,6%) y entre las menores de 18 años (10,6%). En 2015, las menores de 18 años solicitaron cerca de 900 órdenes de protección.

En el tercer trimestre de 2016, los juzgados españoles recibieron 38.402 denuncias por violencia de género, lo que supone un importante incremento interanual del 13,9%. Las mujeres víctimas de violencia machista fueron 36.079 (un 11% más) y el 2% de las que solicitaron orden de protección eran menores de edad.

Las menores no se atreven a denunciar por miedo, vergüenza, dependencia emocional del maltratador o porque no se identifican como víctimas, es decir, no saben que están sufriendo violencia de género

En los últimos años también ha aumentado la cifra de chicas que asisten a terapias de violencia de género; las más pequeñas tienen 12 años. Un dato a destacar es que, aunque en 2015 el número de mujeres que denunciaron ser víctimas de violencia de género se incrementó en un 1,9% respecto al año 2014, en muchas ocasiones las menores no se atreven a denunciar por miedo, vergüenza, dependencia emocional del maltratador o porque no se identifican como víctimas, es decir, no saben que están sufriendo violencia de género. Los datos son preocupantes, pues revelan que cada vez y con mayor frecuencia el maltrato está presente entre adolescentes.

La edad no es un factor excluyente dentro de la violencia de género porque la agresión surge de la desigualdad y de las relaciones de dominio y control, matiza Feria. “Las adolescentes que se encuentran en esta situación viven en un estado de confusión e incredulidad y tardan en reconocer que tienen un problema”, explica. Empiezan a identificar que algo va mal pero no pueden creer que estén inmersas en una situación de violencia de género. Suelen pensar que la violencia machista es algo propio de mujeres mayores, de una edad media-alta, de gente casada o de una pareja adulta. “Por eso el mensaje es claro: hay salida”, afirma.

Según las últimas encuestas, la juventud rechaza ampliamente la violencia de género, identificada con la bofetada o con los golpes. Sin embargo, le cuesta reconocer otros indicadores y existe un alarmante nivel de tolerancia y aceptación sobre algunos tipos de maltrato, como son el control y el acoso.

 

Cómo identificar los diferentes modos de violencia en la pareja y las primeras señales de alerta:

  1. Abuso verbal en forma de insultos, humillación pública o gritos. Cualquier broma hiriente puede ser la señal de alarma más temprana.
  2. Abuso emocional y psicológico con gestos y conductas cuya intención es causar daño. Por ejemplo, intimidación, celos, aislamiento, destrucción de sus objetos íntimos, etc. Si te hace sentir mal cuando sales con tus amigos, debe servirte de aviso.
  3. Abusos físicos con comportamientos violentos, como golpear, empujar, zarandear, tirar del pelo, morder. Desde el primer momento en que veas que parece enloquecer cuando siente frustración, tómalo como un atisbo de violencia de género.
  4. Violencia sexual. La insistencia y la coacción por medio del chantaje o de la fuerza es violencia. Nada que ver con el amor o la pasión en pareja. Cualquier avance sexual debe darse con el consentimiento y el deseo mutuos. Frases como "si me amas, lo harías" deben ser intolerables desde el inicio de la relación.
  5. Abuso de la condición masculina con conductas y lenguaje que sugieren el dominio del hombre sobre la mujer arrogándose una serie de privilegios en la pareja. Hay señales que se detectan precozmente: si le exige disponibilidad en todo o presume de chica ante los amigos.

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