Rifi el dueño de uno de los puestos del Mercado Central nos comenta algunas cosas tras el fin del Ramadán.
El Ramadán, el mes sagrado de ayuno y oración, culmina en una celebración de tres días conocida como Eid al-Fitr. Este es un tiempo de alegría y gratitud, donde las familias y amigos se reúnen para compartir comidas, intercambiar regalos y dar gracias La comida juega un papel central en las celebraciones del Eid. Las familias preparan platos tradicionales que se han transmitido de generación en generación. El olor a especias y dulces llena el aire, creando una sensación de calidez y hogar.
Pero más allá de la comida y las festividades, el fin del Ramadán es un momento de reflexión y gratitud. Es un recordatorio de la fortaleza del espíritu humano y de la importancia de la comunidad. Y mientras las luces del mercado parpadean en la noche, no se puede evitar sentir una sensación de esperanza y renovación. hay algo en este tiempo que toca el corazón. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz al final del túnel.