El juez ve delito de odio en la conducta del viandante que se enfrentó en la calle a un grupo de políticos de Vox

El auto da credibilidad al relato de los hechos aportado por Vox y llega a asegurar que la conducta del ahora procesado causó «gran temor» entre los políticos, hasta el punto de que «algunos de ellos han tenido que marcharse a vivir fuera de Ceuta»

photo_camera Vídeo cedido por Ceuta al Día

La trifulca protagonizada el pasado 2 de mayo en plena calle por un grupo de dirigentes de Vox y el ceutí musulmán A.A.A. tendrá consecuencias judiciales solo para este último. El incidente motivó un cruce de denuncias entre los políticos de la formación de extrema derecha y el viandante, que mantuvieron un encendido enfrentamiento junto al Casino Militar. Ahora, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 ha dictado un auto por el que ordena abrir procedimiento contra A.A.A. por la presunta comisión de los delitos de odio y amenazas graves.

Los hechos se produjeron tras la celebración de un acto oficial organizado con motivo de la celebración del 2 de mayo.

 

Dos relatos

La naturaleza y el origen del enfrentamiento difieren en los relatos de las denuncias que en su día formularon A.A.A. y los dirigentes de Vox. Según el primero, al paso del grupo, una voz llamó «perra» a su esposa, que caminaba junto a él y al hijo recién nacido de ambos. A.A.A. asegura que replicó: «Aquí el único perro que hay eres tú». Según su relato, de inmediato un grupo de personas se abalanzó sobre él y una de ellas, a la que identifica como el diputado a la Asamblea, Francisco José Ruiz, le dio varios puñetazos en el estómago y propinó un codazo en el pecho a su mujer cuando acudía a separarles.

El hombre asegura que el grupo le siguió unos metros más allá mientras Ruiz le insultaba y otro individuo, identificado como el secretario del grupo municipal de Vox, David Castellanos, le grababa. A.A.A. explica que trató de arrebatarle el teléfono con el que le filmaba para evitar que tomara imágenes de su hijo.

El relato de los hechos aportado por los dirigentes de Vox que se encontraban en el lugar describe una situación radicalmente distinta. Según esta, fue A.A.A. quien se dirigió a Verdejo llamándole «perro» e «hijo  de puta» y profiriendo amenazas. Los testimonios de todos los políticos de Vox atribuyen el origen del incidente a la conducta de A.A.A., que describen como «violenta».

 

El juez da credibilidad a Vox

En su auto, el juez da credibilidad a los testimonios de los políticos de Vox y desestima el relato de la otra parte implicada en el enfrentamiento. En su descripción de los hechos, la resolución cree que existe indicios para establecer un «relato fáctico» en el que A.A.A. habría llamado «perro» a Verdejo «movido por el odio, violencia e ira», un comportamiento que el juez contrasta con el del político, del que asegura se condujo «manteniendo la compostura».

Acto seguido, según la descripción de los hechos contenida en el auto, A.A.A. se dirigió a Verdejo -«incluso llegándole a tocarle en el pecho violentamente»-, lo que motivó la intervención del resto del grupo para «evitar que A. desencadenara un episodio violento mayor».

El juez incluye en su relato fáctico que A.A.A. amenazó a Verdejo -«te voy a reventar, hijo de puta»- para más tarde dirigirse a Castellanos propinándole un golpe en el brazo. En su auto, el juez describe la intervención del resto de grupo como una acción «sin intención violenta o agresiva» y relata las amenazas que atribuye a A.A.A. -«os voy a matar a todos, hijos de puta», «voy a ir a por vuestras familias». La resolución llega a asegurar que el comportamiento del ahora acusado provocó «gran temor» entre los políticos de Vox: «Algunos de ellos han tenido que marcharse a vivir fuera de Ceuta». Además de Verdejo, Ruiz y Castellanos, se vieron implicados en el incidente la exdiputada al Congreso Teresa López, la exsenadora Yolanda Merelo, y el diputado a la Asamblea, Juan Sergio Redondo.

«Entretanto, S.M. (la esposa de A.A.A.) y su hijo permanecieron al margen sin que en ningún momento llegara a existir contacto físico», sostiene el relato considerado por el juez.

 

«Indicios graves y racionales de criminalidad»

De todo ello, el auto deduce la existencia de «indicios graves y racionales de criminalidad» en el comportamiento de A.A.A., que califica de «absolutamente reprochable desde el punto de visto penal». Además, concluye que los hechos relatados por este en su denuncia «no se sostienen».

«De la instrucción practicada se infiere que si no hubiera formado Carlos Verdejo ni el resto de los miembros de la formación parte de esta Anuar no hubiera actuado frente a ellos, motivado por, en definitiva, el odio, la ira y la rabia frente a ellos, y lo hizo públicamente, en la calle, delante de multitud de personas, generando gran revuelo y expectación», sostiene el auto.

La resolución decreta el sobreseimiento libre y el archivo de la denuncia presentada por A.A.A. contra los políticos de la formación.