La falta de modernización lastra el desarrollo del motor económico de Ceuta

Un puerto obsoleto

Cuando uno sube al Monte Hacho y se sienta en la ladera Norte, ve la gran luminosidad de la ciudad de Ceuta y no puede evitar que la vista se fije en las explanadas y muelles medio vacíos, en forma de dedos desiguales, que constituyen el puerto de la ciudad.

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photo_camera Vista aérea del Puerto de Ceuta (C.A.)

Al ver las explanadas sin preparar, llenas de malezas, así como esos pantalanes esperando que atraquen en ellos los barcos, se siente la nostalgia de lo que hace años fue el puerto. Puerto que generaba riqueza, prosperidad y puestos de trabajo. Hacía bullir la ciudad y traía hacia ella todos los puestos indirectos que los sistemas portuarios generan.

A día de hoy, la nueva cúpula de la Autoridad Portuaria se afana en hacer ver una realidad muy distinta a la real. Si se analiza la actual situación, es de difícil entender el por qué de ella. Si la situación estratégica es la misma que en otrora, si en la actualidad el número de barcos que pasan por el Estrecho es mucho mayor que años anteriores, aproximadamente unos 120.000 al año, de los que prácticamente ninguno entra en el puerto, excepto los de suministros de combustible, que por cierto siempre entraron, la pregunta se antoja obligada ¿Qué es lo que ha pasado entonces?  Por qué otros puertos próximos, y no tan próximos, han evolucionado a otros tipos de cargas, otras nuevas líneas de navegación y, por ende, de negocio, y han preparado sus instalaciones para el suministro de los nuevos combustibles, mucho menos contaminantes y que ya llegan.

Hay que tener en cuenta en este sentido que todos los estamentos internacionales están avisando, incluso desde Puertos del Estado, sobre que todo aquél puerto que quede fuera del circuito del gas natural licuado (GNL) tendrá pocas posibilidades portuarias.

Hay que observar como todos los puertos de Mediterráneo han diversificado el tipo de cargas y descargas, mientras que en el de Ceuta no se ha hecho nada de esto, quedando estancado y obsoleto y ,además, sin posibilidades de alijamientos, cargas y descargas de los buques.

La realidad, pese a lo que proclamen sus actuales responsables a los cuatro vientos, el puerto de Ceuta sigue basando su gestión en los tres pivotes de toda la vida: Las concesiones y la expansión hacia tierra, las cuales no desarrollan ni hacen prosperar al puerto como tal, al contrario, lo constriñen y en algún momento puede ser un hándicap para algún operador que se quiera instalar.  Solo favorecen al tenedor de la concesión, que, con suelo público, obtiene un gran beneficio.

El tráfico cautivo, que es cautivo, mientras no se instalen otro tipo de comunicaciones con la Península y el suministro de combustible, que en este caso es única y exclusivamente de combustible procedentes de la destilación del petróleo, muy contaminante, y que con los nuevas exigencias de la Organización Marítima Internacional (OMI), se encarecerán mucho, por lo que la mayoría de los armadores tratarán de llevar sus barcos con GNL.

Los buques de gran tonelaje, existentes, que sigan consumiendo fuel no podrán entrar en Ceuta por su calado, y además habrá una competencia muy grande con Gibraltar, cuyo puerto, ya está preparado para suministrar GNL y fuel. Las sinergias en el suministro de combustible para las navieras son fundamentales, por el ahorro de dinero.

Todos estos argumentos obligan a reflexionar y a preguntarse ¿cómo se ha gestionado el puerto de Ceuta estos años? ¿En manos de quien se ha dejado una infraestructura tan importante para una ciudad?, infraestructura pagada por todos los españoles para que produzca riqueza a la ciudad y bienestar social en las familias. Hay que tener en cuenta que el sistema portuario genera de siete a ocho puestos indirectos, con salarios muy por encima del mínimo profesional, que a su vez generan un importante consumo en la Ciudad Autónoma.

Ante estos resultados, la pregunta es obligada, ¿Para qué se quiere entonces un edificio suntuoso como es la Autoridad Portuaria de Ceuta, un recinto cerrado y custodiado como si fuera el Banco de España, con un presidente de Autoridad Portuaria, un director de Puerto, un secretario, un financiero, varios mandos intermedios, numerosos administrativos, coche oficial y un considerable cuerpo de policías portuarios?. Todo esto para lleva las concesiones, el tráfico cautivo y el suministro de combustible. Es evidente que algo está fallando.

¿Y cómo se mantiene toda esta estructura?  Es evidente, a través de las famosas tasas, por las que empresas que trabajan en el puerto y armadores de buques están continuamente protestando por el encarecimiento de las mismas y dejando entrever que el de Ceuta es un puerto caro.

Otras preguntas que también se antojan ¿Quién designa al presidente de la Autoridad Portuaria? Esa persona es responsable muy directo de la situación del puerto, ya que el cargo de presidente de la Autoridad Portuaria es fundamental para la gestión marítima y empresarial del mismo.

¿Quién nombra al director del puerto? El consejo de administración del puerto y ¿quién nombra a este consejo? Esos son otros de los responsables de la situación del puerto. Ya que el director del puerto es también otra pieza fundamental en el engranaje de funcionamiento del mismo, y si durante años no ha funcionado, es evidente que ha sido ese consejo se lo ha permitido.

La conclusión final es que quien sufre las consecuencias de tanta incompetencia es la ciudad y sus vecinos, a los que se les priva de un desarrollo industrial importante y, por ende, de una mejor calidad de vida, mientras que otros, a costa de las infraestructuras pagadas por todos, viven opíparamente.