"¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?"
En la primera década del siglo XIX, Carolina Coronado escribió 'Libertad', "primer poema feminista de la historia de España". Da cuenta este de la lucha y el sufrimiento, de que los logros solo eran para el hombre, tres de las ideas que, a través del verso, se pusieron de relieve en la lectura de poesías de la mano de María Sánchez Miaja, en el Campus Universitario de Ceuta, coincidiendo con la previa del Día de la Mujer Trabajadora.
Un total de 23 poemas -el citado anteriormente lo recitó José Antonio Alarcón, director de la Biblioteca Adolfo Suárez, casi al final de acto- que recorrieron no solo la violencia física o psicológica sobre la mujer, sino el proceso de liberación, el amor responsable emocionalmente, la valentía necesaria para salir de un agujero que han cavado otros y en última instancia lo mucho que falta por hacer y la gran voluntad que hay, al menos por parte de ellas, de hacerlo.
Poeta y profesora, María Jesús Fuentes inauguraría leyendo con sentimiento su pieza 'Soy'.
"Soy el vientre perdido
entre el masculino deseo,
la cierva concebida en el desierto,
la loba herida a la intemperie,
la carne hueca del festín"
Un visceral relato de dolor y olvido, que da paso a el enfrentamiento a una realidad que no debe ser aceptada, ya dentro de la propia composición.
"Soy mujer sin fin,
luchadora, reivindicativa, estigmada,
orgullosa de serlo,
Mujer al cabo"
Así concluye la pieza. Pero, no es tan sencillo afrontar todas las consecuencias de hacer lo que es justo, lo que debe ser. Esta idea la recoge perfectamente 'No te calles, cuéntalo', de María Sánchez Miaja y leído en el Salón de Grados este jueves por la decana del campus ceutí, María José Aznar.
"No sabes que está ocurriendo,
sientes vergüenza y mucho pudor"
También ahondaron en esa ideas Alicia Cordente, que leyó '¡Volver a volar!' de la propia Sánchez Miaja, ya con una idea de superación en su conclusión, cuando la mujer "limpia sus pesadas alas" y, al fin vuela en libertad. Un vuelo esperanzado que continuó con 'La construcción de un sueño', de Dulce Chacón, recitado por Candela Siches.
La privación de esa libertad en su grado máximo, la violencia física y el asesinato también aparecieron entre los versos en esta previa del 8M. El poeta Paco Lorda eligió 'Elegía', pieza sobre Socorro, una trabajadora de la limpieza que desapareció y fue encontrada días después flotando en el agua.
Realidades crudas, como la de '¡Temo!, ¡Temo! y ¡Temo!', poema propio leído por Sánchez Miaja, en el que cuenta la ansiedad de una mujer condenada a estar encerrada en casa permanentemente con su maltratador por culpa de la pandemia.
"El virus nos ha traído
pasar juntos todo el día.
Me machaca y me lacera,
a cualquier hora del día"
(...)
Antes él iba al trabajo,
de noche cuando volvía,
llegaba siempre cansado,
y apenas hablar quería.
Coincide el grito callado de estas mujeres en el tiempo con otros mucho más ruidosos, que clamaban por "libertad" para pasear por céntricos barrios de Madrid o subir a rezar donde descansaba el caudillo.
Maite Pérez introdujo la perspectiva de la mujer inmigrante, latente en la ciudad, especialmente por fronteriza. Recitó 'Palabras de mujer', de Mabel B. Granata, con optimismo por las "heroínas" que sufren en sus carnes todo el peso de la exclusión social.
También se plantearon otras visiones, la de un padre ex-convicto, Antonio de la Cruz que ha perdido a su hija, fallecida por causas naturales o la de un amor responsable y que favorece el crecimiento de las personas que lo viven, en versos de Yu Xihuhua, la poetisa con parálisis cerebral, elegida por los representantes del colectivo PROI asistentes y partícipes del acto.
Una mañana emotiva y representativa de la realidad que impera a 7 de marzo de 2024. Una jornada en la que dirigir la mirada al horizonte: "Esperemos que en algún momento el 8M sea motivo de celebración por haber conseguido lo que deseábamos".
