Un viaje desde Suecia, una casa en Benzú y un libro sobre Beliones que vale un 'Premio Vivencias'

Podemos ha homenajeado con la sexta edición de su archiconocido galardón a una ciudadana sueca llamada Eva Evers 

 Eva Evers, siguiendo por videoconferencia la entrega del VI 'Premio Vivencias' / A. C.
photo_camera Eva Evers, siguiendo por videoconferencia la entrega del VI 'Premio Vivencias' / A. C.

Lo hizo el PP hace ahora tres días. Lo hizo MDyC hace escasas veinticuatro horas. Este viernes, tras varias jornadas de eventos a tutiplén, lo ha hecho Podemos: el partido -el único que ha esperado a que fuese 8 de marzo para efectuar el homenaje de rigor- ha cambiado momentáneamente el morado por el violeta para secundar esa tradición en la que ya se han convertido las entregas de galardones por el Día Internacional de la Mujer.

El curso pasado, le tocó a Nayra Solero. Este año, el 'Premio Vivencias' no solo ha cruzado el Estrecho, sino que ha viajado a otro país: la formación que encabeza Ramón Rodríguez Casaubón ha hecho que su reconocimiento surque los cielos del continente europeo hasta llegar a Suecia. "¿Y qué pintan aquí los suecos?", te preguntarás. No saques conclusiones precipitadas; el fallo del jurado tiene todo el sentido del mundo.

La galardonada de este 2024 ha sido Eva Evers Rosander, una ciudadana sueca que, siendo muy joven, vino a Ceuta para "trabajar sobre el terreno". Fue en la década de los setenta, "poco después de la muerte de Franco". En plena Transición, Eva se instaló en Benzú. Lo hizo en "una pequeña casita junto a la playa". Tras pasar aquí un tiempo buceando en la subcultura de la mujer musulmana, acabó prendada de la ciudad (y, por consiguiente, ligada a ella de por vida).

Por razones obvias, Evers no ha podido recoger su premio personalmente. "No pasa nada; otra vez será", decía la ceutí que ha hecho las veces de depositaria: su "compañera" Aisha Hamido Bulaix. Ambas se conocieron "a través de una amiga en común", una mujer de nombre Amparo Pozo, la "hermana española" de Eva. Por casualidades de la vida, las tres coincidieron en "un grupo muy diverso", uno cuyos componentes compartían "inquietudes políticas y ganas de vivir".

Los méritos que le han valido a la sueca la recepción del 'Vivencias' tienen que ver con su estancia en suelo caballa en tanto en cuanto esta sirvió a la premiada para publicar un libro: Mujeres en la frontera. "Es un trabajo muy bien documentado", destacaba Aisha de la obra. Su nivel de detalle es tal que este incorpora, incluso, "un glosario de palabras en dariya". Ahí es nada.

Eva no ha estado de cuerpo presente, pero sí de manera telemática. La hoy galardonada ha secundado la gala por videollamada: la pantalla gigante en la que se la podía ver en directo ha acabado, a la postre, centrando todas las miradas; era la protagonista. "Qué honor", pronunciaba en perfecto castellano. "Me siento muy, muy agradecida y feliz", añadía, arropada en la distancia por todos los presentes.

Contaba Evers que lo de su visita a nuestra urbe fue fruto de la más absoluta casualidad. Tras su etapa universitaria, la mujer pasó a formar parte de un círculo investigador. "A mí, me tocó hacer el trabajo en Benzú", relataba. El objetivo de su expedición pasaba por "poner a la mujer en el centro".

A pesar de que, por aquel entonces, "no había documentación ninguna", Eva logró dar forma a una publicación de auténtico nivel. Por el camino, tuvo tiempo más que de sobra para entretenerse y conocer gente, gente que dejó en ella "recuerdos muy positivos". "Gracias, gracias y mil gracias a todos", concluía la investigadora.