Con expectación e ilusión, el aforo del 'Revellín' ha acompañado a la Cebra Camila en su camino desde la niñez a la adolescencia.
Camila vive donde se acaba el mundo, en el país donde da la vuelta el viento. Un buen día desobedece a madre y sale a la calle sin pantalones ni tirantes. La consecuencia: que el viento travieso se lleva volando sus rayas.
Desde ese momento, Camila emprenderá un camino en el que derramará siete lágrimas, encontrándose con siete amigos que la ayudarán a recomponerse y superar su pena a través de un precioso relato de solidaridad, empatía y generosidad.
La Cebra Camila nos habla también de lo que supone hacerse mayor: no escuchar siempre los consejos de los padres, reivindicar independencia y autonomía, perseguir nuestros sueños, vivir nuevas experiencias, cometer nuestros propios errores pero sobre todo, a saber enfrentar esos problemas.
La Cebra Camila abandona la infancia para adentrarse en la adolescencia, donde seguirá necesitando muchísimo a su madre pero ya no esos pantalones y tirantes que empezaban a apretarle.
De hecho, cuando vuelve a su casa su madre no la regaña sino que entiende que Camila se hace mayor y debe apoyarla en el proceso natural de maduración que está experimentando. Dejará de ser una niña, vestida como su madre le mandaba, para pasar a ser una joven con personalidad y, en este caso, aspecto diferente al resto de las cebras.
Esta es la historia que esta tarde se ha representado en el teatro auditorio del Revellín, una obra dirigida por Pepa Muriel, protagoniza por Eva Gallego y la propia Muriel. Para la representación de este miércoles, a las 19:00 horas, aún quedan entradas, no muchas, así que si las historia les ha parecido interesante, pueden comprar sus entradas en este enlace.
‘La cebra Camila’ es una adaptación del cuento que lleva el mismo nombre, escrito por Marisa Núñez e ilustrado por Óscar Villán para la editorial Kalamandra.
