EN 1995 SE CELEBRó LA úLTIMA CORRIDA

La fiesta taurina, una realidad en Ceuta desde el siglo XVIII

Aunque a día de hoy no se celebran corridas de toros en la ciudad, este festejo fue muy común hace años y así lo ha mostrado José Luis Marín Weil en su artículo donde realiza una reconstrucción detallada de este arte desaparecido. 

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photo_camera Plaza de toros del Llano de las Damas, la primera plaza estable con la que contó Ceuta / Artículo de José Luis Marín Weil

"Ceuta es una ciudad muy particular por su historia, por su ubicación geográfica y especialmente porque en ella conviven culturas y religiones diversas, haciendo que sea una ciudad verdaderamente llamativa. Y como ciudad española que es, también vivió con intensidad la Fiesta de los Toros especialmente a lo largo del siglo XX".

De esta manera comienza el artículo "Aproximación a la historia taurina de Ceuta", en la que el abogado y crítico taurino, José Luis Marín Weil, hace una reconstrucción de la historia taurina de la ciudad. Una tarea nada fácil, según asegura el autor, dada la escasez de datos con los que cuenta el Archivo Histórico local de Ceuta y la inexistencia de prensa en los años de mayor auge de los festejos. 

Tal y como argumenta Marín Weil, en torno a 1.700 aparece la primera referencia a una lidia de toros que se realizó con motivo de la reconstrucción, reinauguración y bendición de la Ermita de San Antonio. 

Ya en el siglo XIX se constatan las primeras corridas de toros por las calles. "El ganado se desembarcaba en la playa de Benítez y lo llevaban a una finca que se llamaba "Ceuta la vieja" y que era propiedad de unos señores que tenían los contratos de suministro de carne. Cuando eran trasladados al matadero, la gente aprovechaba para correrlos por las calles, con lo cual estamos hablando prácticamente de un encierro tal y como hoy día lo conocemos", apunta José Luis Marín Weil en su artículo.

Estas corridas de toros no fueron esporádicas, también se realizaban con motivo de la festividad de la Virgen de África. Y como ocurre en muchas ocasiones que sueltan toros, las desgracias están presentes. "Un toro mató a un niño que era hijo de un empleado municipal y en el pleno del Ayuntamiento se acordó suspender los encierros".

La implantación de la fiesta taurina en Ceuta, como tal, se vivió en el siglo XIX cuando personas de Algeciras, que vivían en Ceuta y echaban de menos su afición, comenzaron a ponerla en marcha. La ciudad empieza a tener una plaza de toros estable en el Llano de las Damas y se trasladan hasta Ceuta toreros con cierto nombre. "Hablamos de una plaza de madera, rudimentaria, podría decirse que hasta precaria. Rafael "El Gallo" y Diego Mazquiarán "Fortuna", fueron algunos toreros de la época. 

A partir de ahí se fue consolidando el gusto por los toros y de la plaza del Llano de las Damas se pasó a una mejor situada en la Plaza de Toros de Hadú, donde actualmente está construido el centro comercial "El Coso". "Verdadera Plaza de Toros de Ceuta ya que fue la que más perduró y donde se celebraron los mejores carteles", puntualiza en el artículo su autor, José Luis Marín Weil. 

Poco a poco el uso taurino de aquella plaza acabó perdiéndose. Los últimos festejos tuvieron lugar en plazas portátiles. "La última corrida de toros se celebró el 6 de mayo de 1995, con toros de Joaquín Núñez que fueron estoqueados por Miguel Báez "Litri", Jesús Janeiro "Jesulín de Ubrique" y el chiclanero Cristo González". 

 

Toreros ceutíes de renombre

José Luis Marín Weil destaca entre los toreros ceutíes nombres como: Andrés Belmonte, Salomón Hachuel "El Momi" o "Morenito de Ceuta" que llegaron a torear en público en varias ocasiones. También destaca el personaje de Luis Fort, un hombre muy querido en la ciudad, fue concejal y se le concedió el escudo de oro de Ceuta.

El abogado y crítico taurino realiza una mención aparte a la dinastía de los "Larita". Joaquín Lara en primer lugar al que siguió su hijo Quino a finales de los años noventa. "Hasta la fecha ha sido el último ceutí que ha vestido de luces, llegándose a organizar varias novilladas sin caballos en una plaza de toros portátil en La Marina. 

Aunque no era de Ceuta, "El niño de la palma", procedente de La Línea, fue el torero que en mayores ocasiones se trasladó hasta la ciudad para torear. 

 

Un arte desaparecido

A día de hoy solo existen aficionados al toreo pero a título individual. Se han realizado algunos intentos por recuperar estos festejos pero todos fallidos. 

"Soñar con volver a ver toros en Ceuta no es imposible, pero de varias circunstancias y sobre todo voluntades depende que algún día vuelva a sonar el toque de clarines en esta ciudad tan española donde en su día la Fiesta de los Toros se vivió con auténtica pasión". De esta manera concluye su artículo José Luis Marín Weil, un experto en temas taurinos que en su día se interesó por la historia taurina en Ceuta.