Lo íntimo y lo eterno en la visión de Sara Blanco

La Sala de Exposiciones del Campus Universitario acoge hasta el viernes la muestra

photo_camera Sara Blanco, con una de sus obras.

Ayer, día 27 de enero de 2014, tuve la oportunidad de visitar la exposición “Íntimo y Eterno” y conocer a su autora, Sara Blanco. No fue fácil dar con la Sala de Exposiciones del Campus Universitario de Ceuta, pero cuando la hallé me gustó. En un lateral del despejado patio trasero del antiguo Cuartel del Teniente Ruiz han habilitado una luminosa y coqueta Sala de Exposiciones en la que las obras de Sara Blanco lucen con un brillo especial.

La transparencia de los cristales del espacio expositivo es comparable al mensaje que encierra la colección de arte eterno de la autora. Sara Blanco es una joven artista aragonesa, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Granada. Su formación académica ha sido completada y ampliada con becas postdoctorales que la han llevado a Grecia, México y Alemania, entre otros países del mundo. En la actualidad todos sus conocimientos y experiencias las está volcando en su tesis doctoral sobre la presencia de lo sagrado en el arte contemporáneo. Pero no es sólo pensamiento lo que aporta Sara Blanco, sino también imaginación, diseño, poesía y arte. Ambas facetas, -profundo, íntimo y eterno pensamiento, y audaz expresión artística-, se combinan y toman forma en las obras que se exponen en la Sala de Exposiciones del Campus Universitario de Ceuta, de 10:00 h a 13:00 h, hasta mañana viernes día 30.

Es una experiencia que no se pueden perder. No todos los días tenemos la oportunidad de contactar con un artista y una obra que nos conecte con nuestro yo cósmico, con nuestra espiritualidad y aporte el necesario soporte a nuestra vida. Necesitamos artistas como Sara Blanco para recordarnos que no sólo somos materia perecedera, sino seres espirituales dotados de una capacidad innata de trascendencia que muchas personas no llegan a desarrollar. Tanto el místico como el artista, como nos recordaba Joseph Campbell, tratan de hacer aflorar a la conciencia las verdades más íntimas, profundas y eternas,  como nos dice Sara Blanco en el título de su exposición.

Sara Blanco nos propone reflexionar sobre estas verdades íntimas y eternas y lo hace a través de una cuidada y variada muestra artística que incluye vídeo, dibujos, fotografías y arte plástico. No todos estamos dotados de esta sensibilidad y maestría para dotar de materialidad ideas tan íntimas y eternas, y hacerlo dando muestra de un perfecto dominio de todas las técnicas que hoy día tienen a su alcance los artistas. Es una maestría que no busca el exhibicionismo, sino la dulzura. Que no buscan impresionar, sino abrirnos de manera plácida y elegante una puerta al Ser eterno. Este Ser ella lo encuentra en las palabras de Jesús contenidas en el Evangelio de San Juan; y en los símbolos que se repiten en muchos pasajes evangélicos como la luz, la vid, el pan y el camino. Son objetos cotidianos que sirven de perfecta metáfora para explicarnos una serie de “ideas elementales”, como las llamó Bastian; o de “arquetipos del inconsciente colectivo” según los denominó Carl Jung.

La naturaleza del arte (como un microcosmo), en palabras de Joseph Campbell, así como la del universo (el macrocosmo) “son dos aspectos de una misma realidad: el primero como una parte del segundo, experimentada desde dentro y comprendida en él; y el segundo como un todo contemplado desde fuera…Esta relación basta para explicar el juego creativo del artista entre el descubrimiento y el reconocimiento, que suscita la posibilidad de la obra como una revelación en la que ambas realidades, exterior e interior, son reconocidas como la misma”.

  Sara Blanco es una perfecta jugadora del extraordinario juego creativo de la revelación de las verdades inmutables. Nos recuerda que el mundo no es bidimensional, sino que hay otra dimensión, la espiritual, que debe estar presente en nuestras vidas si queremos tener la oportunidad de vivir una vida significativa y plena.

Gracias a la obra de Sara Blanco nos adentramos en el conocimiento de la relación del hombre con lo cósmico. Este tipo de exposiciones son importantes. La atmósfera que Sara ha conseguido crear ilumina nuestra tosca conducta social e individual. Sus obras abren nuestro apetito del conocimiento orgánico y cósmico. Es un arte íntimo, eterno, transparente, sereno, sin estridencias, suave y pausado como la propia artista que les ha dado vida.

No pueden perderse la oportunidad de visitar una muestra artística de enorme valor y conocer a una verdadera y genuina artista gozadora. Ceuta ha tenido la fortuna de acoger la primera exposición individual de Sara Blanco, a la que estoy seguro le espera una brillante trayectoria artística. Esta es su primera crítica, y para mí también como crítico. Nada es casual, como decía el gran escritor alemán Schiller:  “No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas”. Estas fuerzas nos han convocado aquí, en Ceuta, la ciudad de la vida, para que contribuyamos al redescubrimiento del ser hombre y a su supervivencia a través de la revelación de lo Íntimo y lo Eterno.