Contrabando de ginebra en el siglo XVIII

Los 'tesoros' que el mar devuelve

El temporal de levante de la pasada semana dejó, en la playa del Chorrillo, restos de un recipiente de ginebra con la que se hacía contrabando en los siglos XVIII y XIX
Caneco Ginebra restos Chorrillo
photo_camera Resto de un caneco de ginebra encontrado en la playa del Chorrillo

"El océano es el museo más grande del mundo", aseguraba el arqueólogo marino Peter Campbell, y de vez en cuando, sus aguas devuelven parte de lo que se han tragado. Eso es lo que que pasó durante el temporal de levante.

Una vecina de Ceuta daba un paseo por la playa del Chorrillo. Como ella, otros muchos ceutíes que se acercaron a la orilla contemplar los desperfectos acusados por el fuerte oleaje  rescatando, de entre los kilos de plásticos y otros restos, conchas y caracolas. Pero algo llamó la atención de esta vecina. Se trataba de un resto cerámico, que nada tenía que ver con los trozos de ladrillos de material de derribo que suele devolver el mar en nuestras costas. Se trataba de un caneco para ginebra, algo poco habitual.

Caneco Ginebra restos Chorrillo
Resto de un caneco de ginebra encontrado en la playa del Chorrillo

El técnico de Patrimonio de la Ciudad, Gabriel Fernández Ahumada, ha valorado los restos del caneco (contenedores habituales de la ginebra holandesa) y por el borde de lo que fue un recipiente muy apreciado en la época, se podría datar a finales del siglo XVIII o principios del XIX. “Se traían, desde Gibraltar, de contrabando”, aunque los centros de producción, tanto de los recipientes, los canecos, como de la ginebra, “estaban en Holanda e Inglaterra”, afirma el técnico de Patrimonio de la Ciudad, que asegura que aún hoy se siguen fabricando.

Pero antes de que se lancen a la caza de tesoros en barcos hundidos, estos restos carecen de valor económico, dado que son ingentes este tipo de restos, pero sí tienen un valor histórico, sobre todo porque no es habitual que estos restos lleguen a las costas de Ceuta.

El caneco en cuestión, de arcilla, era el contenedor habitual de la ginebra holandesa. Esta bebida alcohólica gozó de amplia difusión por Europa a lo largo del siglo XIX, siendo Holanda la principal productora hasta que se inició la producción en Inglaterra. La forma alargada y estrecha de la pieza y el pequeño asidero circular en el hombro estaban concebidos para facilitar el consumo directo de la ginebra del propio recipiente.

Se trata de los restos de un recipiente alto y estrecho, con base de fondo convexo, sin pie indicado; cuerpo estrecho, cilíndrico; hombro cónico de paredes curvilíneas que se estrechan hasta la boca, reducida a un gollete con acamaladuras horizontales, borde engrosado al exterior y labio plano. Presentaba, en su estado original, sobre el hombro un asa vertical circular de sección también circular. En el tercio superior del cuerpo presenta impresa una marca que representa una campana inserta en un círculo y debajo una inscripción en dos líneas: "Blankenheym & Nolet / Schiedam ", que aún se puede apreciar en la imagen.

Caneco Ginebra restos Chorrillo
Resto de un caneco de ginebra encontrado en la playa del Chorrillo

El estampillado, empleado para la aplicación del sello de la marca, con un barnizado vítreo, y cuya datación podría oscilar entre los años 1851 al 1900. Si se toma en consideración que las botellas podrían estar fabricadas en la zona de Westerland y que los sellos se imprimían en fresco, hemos de concluir que el pedido gibraltareño era similar al holandés. Luego, ¿no es más sencillo embarcar las botellas llenas? Si esto es así, como sucedía con las de Schiedam, en Gibraltar no se destilaba, sino que se distribuía ginebra holandesa. Con seguridad de la casa de Jacob Van Meerten.

Caneco Ginebra
Caneco de ginebra, del Museo del Mar de Cádiz.

En la provincia de Cádiz destaca la asociación Blankenheym & Nolet-Van Meerten-Houtman-Bardasano. La aparición de la marca de Nolet, en lugar de Blankenheim & Nolet (1853), y podría situarnos en algún pecio (barco hundido) mozambiqueño de los que se hundieron en la zona entre el 1866 y el 1879.

Hay que tener en cuenta que en España hubo un período de gran inestabilidad política entre la Revolución que derrocó a Isabel II y la Restauración borbónica (1868-1874), y se proponen estas fechas para la datación la pieza. Esto no quiere decir que todos los canecos tengan que ser adscritos a esta cronología. Lo que los expertos proponen es que hay canecos que se datan con anterioridad y con posterioridad, es decir, durante los dos primeros tercios del siglo XIX y las dos últimas décadas del siglo anterior.


 


 

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