El Príncipe: un laberinto de tópicos y realidades

El Príncipe, un laberinto donde los tópicos se entrelazan con la realidad. ¿Quién tira del hilo de Ariadna para guiarnos a través de este enigma y qué no distorsione la verdad?

GOES y UIP de la Policía Nacional en el Príncipe, Ceuta
photo_camera GOES y UIP de la Policía Nacional en el Príncipe, Ceuta (Archivo)

Es cierto que al "Príncipe le salen novios hasta de debajo de las piedras". Alguno de esos pretendientes buscan rentabilizar la tragedia de la estigmatización de la barriada con frases grandilocuentes preguntándose, como hace unos años y durante el mandato de Fernández Chacón al frente de la Delegación de Gobierno, si la barriada era Palestina, en un intento de comparativa poco afortunada. Como entona uno de los himnos de la Legión -que tanto gusta-, la muerte nunca tuvo tan leal compañera.

Distorsionar una realidad incuestionable, como que los vecinos del Príncipe, especialmente los de Príncipe Alfonso, sufren carencias, para atacar a quienes intentan mejorarlas dentro de sus posibilidades, es retorcido, como poco.

Quien tiene el puño y la rosa entre ceja y ceja, riza el rizo para que su aversión adquiera visos de verdad, pero la obviedad es que el Gobierno ha retirado la unidad de Policía Local de Atención a la Ciudadanía que trabajaba en la barriada, se ha recortado el servicio de limpieza de las calles y se ha interrumpido el transporte público. Esa es la realidad del Príncipe.

Recurriendo a tópicos, como el del "barrio más peligroso de Europa", la leal compañera rememora los tiempos en los que Belfast dejó de estar en Irlanda para instalarse un poco más arriba de Loma Colmenar. Pero no, eso no ocurrió. No ha sido más que un desliz intencionado, porque como en muchas otras ocasiones, tristemente, la barriada fue 'blindada', con tres controles de acceso debido a incidentes graves, con asesinos de por medio, que a veces no lograron el objetivo, detener a los malos y atajar una espiral de violencia gratuita, pero en otras, sí sucedió.

No recordar la 'Operación Plomo' que, noche tras noche, cerraba el Príncipe en busca de, entre otros, 'Piolín' y 'Tayena', también con el rojo de fondo en Delegación, es, como poco, tergiversar la realidad. Durante meses se sucedieron las intervenciones que obligaron a muchos delincuentes a abandonar Belfast, perdón, a abandonar el Príncipe para dirigirse a otros Barrios más gaditanos.

Para enarbolar la bandera de la verdad hay que contarla sin dobleces ni cortapisas, en toda su extensión, sin sesgos y para tirar del hilo de Ariadna hay que recordar tanto al teniente coronel de la Guardia Civil, Andrés López; al jefe superior de Policía, José Luis Torres tanto como a su homónimo, no rememorado, Javier Nogueroles.

No siempre los despliegues policiales dan sus frutos, independientemente de quién los ordene, para muestra, Belfast.

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad