La secuencia del momento se resume a que cuando la comitiva de la visita llegó hasta el final de la frontera del país vecino, Vivas se encontró frente a frente con el mencionado agente, al que le dio las buenas tarde y trató de saludarlo. El agente ni se inmutó y dejó al presidente de la Ciudad con la mano estirada. En una palabra, el presidente fue literalmente ignorado por el policía del país vecino.
Otra anécdota tuvo como protagonista a Casada y a un miembro de la Policía Nacional destinado en la frontera. El líder de los populares caminaba por las instalaciones cuando se apercibió de la presencia del agente, al que conocía, espetándole “pero tú que haces aquí” para saludarlo de manera efusiva a reglón seguido.