“Estamos pidiendo socorro”. La difícil situación económica que atraviesa la ciudad ha animado a las organizaciones sindicales y empresariales a lanzar un llamamiento a la sociedad ceutí para alentar su participación en la manifestación que el día 22 recorrerá las calles de Ceuta para exigir una frontera fluida y segura.
La desesperanza de los promotores de la movilización –CCOO, UGT, Cámara de Comercio y Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE)- se hace evidente en el lema elegido para la convocatoria: “22-M: SOS Ceuta”.
La protesta es la consecuencia de meses de demandas y movilizaciones que no han dado hasta el momento el fruto deseado por los agentes sociales. Los representantes de los sindicatos y empresarios convocantes ofrecían esta mañana algunos datos que dibujan un panorama desolador de la situación de la economía local: el volumen de importaciones se ha reducido en un año en un 20% mientras las ventas del comercio descendían hasta un 30%.
Los portavoces de CCOO, Juan Luis Aróstegui, y CECE, Bhagwan Dhanwani, al término de la rueda de prensa ofrecida hoy (C.A.)
Los organizadores de la marcha han presentado la protesta como una ocasión para reunir a todas las fuerzas sociales en una sola demanda. CCOO, UGT, Cámara y CECE han iniciado una ronda de encuentros con otras formaciones sindicales como CSIF y USO, colegios profesionales, entidades vecinales y organizaciones sociales de distinto carácter para garantizar su participación en la movilización del día 22.
“Éste no es un problema de empresarios y sindicatos, es un problema de toda Ceuta”, ha advertido el secretario general de CCOO, Juan Luis Aróstegui.
Los organizadores han distribuido 20.000 octavillas y 200 carteles entre los centros de trabajo de la ciudad para animar a la participación.
La protesta se celebrará apenas poco más de dos meses después de que en torno a un millar de personas saliera a las calles de la ciudad para reivindicar medidas que garanticen la ordenación de los tráficos de mercancías y personas a través del paso fronterizo. En aquella ocasión, algunas voces apuntaron a la conveniencia de comenzar a valorar la posibilidad de convocar una huelga general.
