Marruecos cierra por segundo día consecutivo el paso de El Tarajal II

La concentración de porteadores en el lado marroquí de la frontera ha obligado a las autoridades del país vecino a suspender el acceso a los polígonos este jueves.

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photo_camera El Tarajal II, vacío de porteadores/ C.A.

Un día más el lado marroquí de la frontera ha vivido una mañana conflictiva. Tal y como ocurriera ayer miércoles, centenares de personas se han concentrado en las puertas de acceso del paso peatonal de El Tarajal II. El temor a que se registraran nuevas avalanchas ha llevado a las autoridades del país vecino a comunicar a la Delegación del Gobierno ya a las siete de la mañana que no autorizarían el paso de los porteadores.

La situación, sin embargo, no ha mejorado, lo que ha hecho desistir definitivamente a Marruecos de dar vía libre al acceso que conduce a los polígonos comerciales de Ceuta. El Tarajal II permanece cerrado desde el pasado jueves con la única excepción de las dos horas y media que permaneció ayer en funcionamiento hasta que los problemas al otro lado de la frontera obligaron a su clausura.

Mientras, el tránsito de vehículos por la frontera mantenía la misma tónica registrada durante la jornada de ayer. Un día más, los agentes españoles impedían desde las once de la mañana la entrada en la ciudad de vehículos dedicados al trasiego de mercancías.

Esta medida ha permitido reducir la congestión de tráfico en la 352 con respecto a las situaciones vividas semanas atrás. Sin embargo, no impidió que las colas de vehículos durante la tarde del miércoles llegaran hasta la barriada Juan XXIII.

El reto ahora es el de conciliar el tránsito de los miles de coches de porteo con el de los turistas que desembarcarán en la ciudad las próximas semanas en el marco de la Operación Paso del Estrecho. Además, el inicio inminente de las obras en la 352 añadirá un nuevo factor de incertidumbre. El delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, ha asegurado, sin embargo, que la empresa seleccionada para ejecutar los trabajos garantiza la compatibilidad de las obras con el normal desenvolvimiento del tráfico rodado.