vecINOS CLAMAN CONTRA LOS COLAPSOS DE TRÁFICO

Dejados de la mano de Dios

Los monumentales atascos de tráfico en la nacional 352 de los últimos días han alterado la vida cotidiana de los residentes en las barriadas que se encuentran en la zona de influencia de la carretera. 

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photo_camera Aspecto del acceso al Hospital Universitario en uno de los atascos de esta pasada semana/ CRISTIAN MARFIL

“Dejados de la mano de Dios”. La sensación de desamparo que confiesa la presidenta de la asociación de vecinos de Príncipe Felipe, Hannan Mustafa Al-Lal, es compartida por los miles de residentes en las barriadas afectadas por los embotellamientos de tráfico que a diario colapsan la nacional 352.

El sentimiento de confinamiento y abandono es un lugar común en las quejas de los vecinos de Príncipe Felipe, Loma Colmenar o Juan XXIII. De la noche a la mañana, los ceutíes cuyas viviendas se encuentran en el área de influencia de la frontera de El Tarajal han visto su vida cotidiana alterada. Desplazarse a otras zonas de la ciudad o retornar a casa se ha convertido en una suerte de aventura que requiere una planificación previa.

Los reproches de los vecinos se dirigen a los coches patera –cuya presencia diaria en las colas se cuenta por miles-, a la Ciudad y, con insistencia, a la Delegación del Gobierno.

“Vivimos una situación de bloqueo físico –denuncia Hannan Mustafa- Hemos participado en concentraciones de protesta, hemos remitido escritos a las autoridades, pero aquí seguimos, sin contestación y sin soluciones”.

El comportamiento de los conductores de los coches patera irrita a los vecinos del Príncipe Felipe. Los residentes se quejan de que los vehículos cargados con mercancía que se dirigen a Marruecos ocupan el vial que junto al ambulatorio da acceso a la nacional, aislando a la barriada. Este comportamiento dio lugar el pasado jueves a un incidente entre los conductores marroquíes y un grupo de jóvenes de la barriada, quienes protagonizaron un altercado en el que se exhibieron palos y armas blancas.

Los residentes en Loma Colmenar también testimonian el incremento de incidentes de orden público y se quejan de la aparición de individuos que aprovechan el desconcierto de los conductores para cometer atracos.

El presidente de la barriada, Rafael García, continúa confiado en que, “de una vez por todas”, se adopte medidas que acaben con el caos que se vive en la zona. “Saldremos a las calles si el delegado del Gobierno no acaba de tomar una decisión”, advierte el presidente vecinal.

García lamenta que los atascos diarios están ocasionando, además, problemas de limpieza y seguridad en la barriada. “La gente arroja residuos desde los coches, la basura se acumula y proliferan los insectos”, explica.

La contaminación acústica que se genera a diario provocada por los cláxones de los vehículos, cuyo sonido da cuenta de la exasperación de los conductores, forma parte también de las lamentaciones de todos los vecinos del entorno de la carretera nacional. “Están alterando nuestro día a día, la paz de una barriada que siempre ha sido muy tranquila”, alza la voz Antonia Moya, presidenta de la asociación de vecinos de Juan XXIII.

Las largas colas que este mismo lunes llegaron a prolongarse hasta la explanada de El Chorrillo han convertido Juan XXIII en otra de las barriadas amenazadas por los desequilibrios que ocasionan los atascos de tráfico en la 352.

“El problema lo estamos padeciendo algunas barriadas más que otras pero es importante que toda Ceuta se involucre, no podemos continuar así”, plantea Moya ante la posibilidad de que los vecinos afectados resuelvan manifestar su descontento a través de medidas de movilizaciones.

Contención, paciencia, margen de tiempo… Es lo que ofertan los vecinos de Príncipe Alfonso a cambio de que se solucione el problema fronterizo. “De un problema se están derivando muchísimos más que afectan al día a día en la barriada y necesitamos que en la Delegación del Gobierno se sienten con nosotros y nos pregunten, algo que hasta la fecha no ha pasado y que sería un buen comienzo”, solicita el presidente de la barriada, Abdelkamil Mohamed Mohamed. El dirigente vecinal reclama una verdadera frontera internacional, en la que las exigencias de seguridad no estorben su fluidez. Si esto no sucede, advierte Mohamed, la barriada se movilizará.