La historia de más de 300 personas comenzó el pasado 13 de marzo cuando Marruecos decidió cerrar sus fronteras debido a la crisis sanitaria. Ese día cientos de marroquíes no pensaban que su estancia en Ceuta iba a prolongarse tanto en el tiempo. Los afectados llevan cuatro meses en la ciudad y desconocen cuándo Marruecos decidirá abrir las puertas de su país para que puedan regresar y ver a sus seres queridos.
Desde entonces, los atrapados han vivido en casas de particulares, acogidos en mezquitas o en una nave habilitada en El Tarajal, donde fueron trasladados después de estar más de dos meses en el polideportivo de La Libertad.
La frontera entre Ceuta y Marruecos ha estado cerrada a cal y canto, únicamente se ha habilitado en tres ocasiones un pasillo humanitario para repatriar a algunos de los marroquíes atrapados. En concreto consiguieron volver a su país 285 nacionales en tres traslados a finales de mayo. El resto sigue en Ceuta a la espera.
Ayer, Marruecos decidió prorrogar hasta el 10 de agosto el estado de emergencia sanitaria. Una medida que se puede traducir en el cierre de la frontera terrestre con Ceuta hasta esa fecha, pero nada se sabe.
Hace un par de días, el Ministerio del Interior marroquí anunció que a partir del 15 de julio abrirá sus fronteras aéreas y marítimas para permitir el regreso de los marroquíes y los residentes extranjeros en el Reino. Una apertura que viene con algunos matices.
El Gobierno central también parece desconocer las intenciones de Marruecos. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, se limitó a decir en una comparecencia con periodistas que Marruecos está reflexionando sobre si abrir o no fronteras y en qué condiciones. "Somos respetuosos con las decisiones que tomen otros países con sus fronteras", concluyó.
Por su parte, el Gobierno de España ha prorrogado el cierre de la frontera con Marruecos hasta el 31 de julio. El documento, publicado en el BOE el 2 de julio, matiza que la frontera de Ceuta con Marruecos sólo se abriría ante una eventual modificación para responder a un cambio de circunstancias o recomendaciones de la UE.
A los atrapados en Ceuta solo les queda esperar.
