Mucho se habla estos días de las inversiones que Marruecos pretende realizar al otro lado de la frontera, tras el cierre, en la zona de Tetuán. Sin embargo, cada día son más las voces discrepantes con los anuncios de las autoridades, y advierten que la región respira crisis y está sumida en una asfixia económica cada vez más agudizada. Las ayudas no acaban de llegar. 
"Si las mujeres ganaban unos 150 euros con el porteo por tres días de trabajo, ahora muchas están sin nada pidiendo dinero en las calles para ganar un solo euro, incluso con su bebé en brazos", cuentan a Ceuta Actualidad fuentes del país vecino: "Las ayudas prometidas por el Gobierno marroquí no llegan. Las últimas previsiones apuntan a que Ikea abrirá en 2022, pero hasta entonces..."
Por otro lado, distintos medios publican que se ha estancado de la economía en una serie de sectores vitales. Comerciantes e inversores se están quejando ya de la inacción del Gobierno. "Es el nacimiento de la asfixia económica en la región". Estos inversores se están marchando a otras ciudades de Marruecos más prósperas como Tánger. Ha caído la liquidez y los bancos ponen muchas trabas para conceder préstamos. No se invierte en generar empleo. 
Todo es incertidumbre y pobreza. Nada que ver por ahora con los proyectos que anuncia Marruecos tras el cierre fronterizo del paso entre Ceuta y Tetuán, que se alargan en el tiempo mientras muchos jóvenes esperan su oportunidad de ganar en principio un sueldo de unos 2000 dirhams (200 euros al mes) para mantener a sus familias. 
