«A la Ciudad Autónoma de Ceuta, Presidencia del Gobierno de Ceuta, Consejería de Sanidad… Los abajo firmantes solicitamos la puesta en marcha de un crematorio para nuestras mascotas que proporcione la dignidad necesaria, acorde al sentimiento, en el triste momento de su fallecimiento. Pedimos que tomen la iniciativa, bien por gestión directa, o bien por gestión indirecta para que, de acuerdo con el cumplimiento de la norma en esta materia, se lleve a cabo a la mayor brevedad». Este es el encabezamiento con el que se presenta esta campaña de recogida de firmas con el fin de conseguir que Ceuta cuente con un crematorio de animales.
Una iniciativa que nace de la mano de alguno de los veterinarios de la ciudad, como Gabriela Larrea, veterinaria de la clínica Reinoso, y que cuenta con el apoyo de muchos propietarios de los «pacientes» de Larrea. Una de ellas, María del Carmen, ha remitido una carta solicitando ese crematorio.
En un emotivo escrito, María del Carmen señalaba que casi toda su vida había tenido mascotas y es conocedora de la relación «tan intensa que sólo sabe quien tiene la suerte de interactuar con ellas». Por todo ese cariño que profesan a «nuestros compañeros de cuatro patas, que son parte de nosotros, de nuestras familias, que en muchas ocasiones son el compañero de vida de padres, madres y de hijos que crecen junto a estas muy adorables mascotas» se preguntaba el por qué desde el Ejecutivo no han caído en la cuenta del siguiente paso tras la muerte de uno de esos animales que han convivido en familia durante años.
«La muerte es fría, siempre, dolorosa para los que quedan, pero en el caso de nuestras mascotas, por más atención y cariño que empleen nuestros amigos veterinarios/as, la normativa aplicable actualmente, al considerar el cadáver de nuestro ser querido como desecho animal (‘desecho’), es embolsado, recogido y destruido allá a saber cómo». Un cómo que al ser considerado un «desecho» y es considerado residuo urbano y municipal en el momento de su fallecimiento.
Desde que 13 de diciembre de 2017, el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad la modificación del estatus de nuestras mascotas dejaron de ser considerados “bienes inmuebles” para pasar a tener estatus jurídico de “seres vivos dotados de sensibilidad”, distinto al de las cosas, objetos o plantas. Esta nueva figura legal otorga a los animales derechos, pero también a sus propietarios ciertas obligaciones. Entre ellas, la gestión del cadáver cuando fallece la mascota, pero en Ceuta son desechados como cualquier residuo urbano al carecer de una incineradora de animales.
