La apuesta de la Consejería de Alejandro Ramírez por turismo náutico hace aguas por parte del otro eslabón en la cadena por el fomento de este tipo de turismo enfocado al mar y al deporte, la Consejería de Deportes, en concreto por el ICD. La publicación de las calificaciones provisionales por parte del Tribunal de exámenes deportivos de la Escuela de Ingenierías Marina, Náutica y Radioelectrónica, correspondientes a la titulación de patrón de embarcaciones de recreo, ha cumplido con las expectativas de las Escuelas.
Ha sido un "despropósito". Con este calificativo defienden el resultado de unas pruebas que no hacen más que dar por buenas las quejas de las Escuelas Náuticas realizaron el pasado mes de agosto cuando se convocaron los exámenes..
De las 68 personas que presentaron la solicitud para obtener la titulación de patrón de embarcaciones de recreo (PER), 8 no se presentaron y solo 9 han conseguido el aprobado provisional.
Las Escuelas Náuticas apuntan a la pésima gestión que ha llevado a cabo el organismo encargado de gestionar las pruebas, el Instituto Ceutí de Deportes (ICD), con convocatorias en unas malas fechas y con escaso margen para que el alumnado pudiera prepararse en condiciones óptimas.
Desde las escuelas señalan que quienes se preparan para este tipo de titulaciones lo hacen desde el punto de vista recreativo. "Nadie va a capitanear el Passió per Formentera" apostillan de forma irónica y señalan que este tipo de titulaciones van enfocadas para aquellos que pretenden salir a disfrutar del mar como hobby. Pero con lo único que se encuentran es con "trabas burocráticas".
Tanto las Escuelas Náuticas de Recreo como los usuarios aspirantes a titulaciones náuticas "se han visto gravemente perjudicados por tres hechos: la improvisación en las fechas de examen, el brevísimo plazo de inscripción, y la falta de transparencia en la contratación de los examinadores, así como el cumplimiento de las normas al momento de los exámenes" aseguraron los responsables de las Escuelas Náuticas y no se equivocaron
Al margen del escaso tiempo que los alumnos han tenido para prepararse, desde las escuelas indican que los exámenes estaban enfocados más "a hacer caer en una trampa", con, por ejemplo, preguntas negativas más que en evaluar los conocimientos de quienes se han preparado para estas pruebas.
