8 ASESORES Y 15 GESTORES Y COORDINADORES DE SERVICIOS

El Contencioso da a la Ciudad dos meses para que haga efectiva la nulidad de 23 cargos de confianza

El Juzgado de los Contencioso Administrativo número 1 de Ceuta ha comunicado a la Ciudad una resolución en la que establece un plazo de dos meses para hacer efectiva la nulidad de 23 cargos de confianza, ocho puestos de personal eventual para el apoyo y asesoramiento de los grupos políticos resultantes de la celebración de las elecciones y los 15 puestos de personal eventual de confianza y asesoramiento especial, nombrados después de la elecciones.

Reunión del Consejo de Gobierno (C.A./ARCHIVO)
photo_camera Imagen de una reunión del Consejo de Gobierno (C.A./ARCHIVO)

En la resolución, el Juzgado de lo Contencioso da firmeza a la sentencia dictada el pasado 11 de enero de 2018, que resolvía la nulidad de los nombramientos de ocho asesores y quince gestores y coordinadores de servicios formalizados por la Ciudad tras la celebración de las últimas elecciones municipales.

En la creación de los 23 puestos de trabajo eventuales, desde el momento en que su creación no aparece lo suficientemente motivada, no se han observado los principios a los que debe ajustarse el ejercicio de la potestad de autoorganización de la Administración”, se argumenta en la resolución.

La sentencia dictada por el citado tribunal, a raíz de un recurso presentado por el sindicato UGT, se pronuncia con nitidez sobre la falta de motivación que preside la designación de los 23 puestos de confianza cubiertos por el Gobierno. “En la creación de los 23 puestos de trabajo eventuales, desde el momento en que su creación no aparece lo suficientemente motivada, no se han observado los principios a los que debe ajustarse el ejercicio de la potestad de autoorganización de la Administración”, se argumenta en la resolución.

El juez subraya la descripción “imprecisa y genérica” de las funciones que se atribuyen a los cargos y advierte de que ni se motivan las necesidades de un asesoramiento especial ni se explica por qué el puesto no puede ser desempeñado por un funcionario.

 

El Gobierno no recurre

El Gobierno disponía de un plazo de quince días para recurrir la sentencia, aunque la consejera de Hacienda, Economía, Administración Pública y Empleo, Kissy Chandiramani, explicó el pasado 19 de enero en comparecencia ante los medios que el Ejecutivo local no iba a recurrir la sentencia dictada por el Jugado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Ceuta en la que resolvía la nulidad resuelto la nulidad de los nombramientos de ocho asesores y quince gestores y coordinadores de servicios formalizados por la Ciudad tras la celebración de las últimas elecciones municipales. Ante esto y pasado el tiempo, el Juzgado ha emitido la resolución que exige el cumplimiento de dictado en sentencia.Kissy-Chandiramani-1

La consejera basó sus explicaciones sobre este particular y dijo que el “Gobierno ha estimado que no vamos a recurrir la sentencia”, aunque va a motivar, tal y como indica la resolución, “esos 23 puestos de asesores”. Los citados serán convalidados en un próximo Consejo de Gobierno.

Para ello, el Ejecutivo esperará que se cumpla el plazo de quince días para interponer un recurso de apelación contra la sentencia con el objeto de que la misma sea firme. Kissy Chandiramani precisó que cuando concluya este plazo es cuando los puestos de trabajos citados “devienen nulos”.  Ante esta aseveración, es obvio que los puestos son nulos y que las personas que lo ocupan deberán abandonarlo en cumplimiento de lo establecido en la sentencia.

 

63 personas para cubrir 41 puestos de personal eventual

Las autoridades municipales han formalizado entre 26 de junio de 2015 y el 19 de diciembre pasado 63 nombramientos de confianza para los 41 puestos eventuales actualmente en servicio, según explicaba Anselmo Caballero en un artículo en Ceuta Actualidad.

Tras las elecciones de 2015, el Gobierno local creó dos figuras controvertidas cuyas funciones se antojan difíciles de precisar, al menos para el ojo menos entrenado. Nacieron los controladores de servicios en barriadas y los gestores de servicios. Los seis puestos reservados para éstos últimos –que se convertirían en siete merced a un acuerdo del Consejo de Gobierno adoptado el pasado verano- han ocupado a diez personas distintas desde julio de 2015.

El cargo de gestor, uno de los mejor retribuidos con sus 3.248,43 euros de ingresos, ha sido un ejemplo de este ardor designador al que más arriba se hacía referencia. Gestores de servicios son o han sido clásicos del PP como Benjamín Álvarez, cuñado del presidente Vivas, Carolina Pérez o Adelaida Álvarez, todos ellos promocionados en su día a subdirectores generales y, posteriormente, a viceconsejeros, nombramientos puestos en cuestión por la justicia.

Entre quienes acceden a la condición de gestores figuran militantes populares procedentes de otras responsabilidades que asumieron también gracias a la sola voluntad del Gobierno local. Son los casos de Celinia de Miguel, que desembarcó en el puesto el pasado marzo tras ser destituida como gerente del Parque Marítimo del Mediterráneo, o Carolina Hurtado de Mendoza, responsable hasta noviembre del año pasado del Instituto Ceutí de Deportes.

También ha habido gestores que han mejorado su posición política gracias a un nuevo nombramiento. Tales son los casos de José Luis Fernández Medina, actualmente gerente de la sociedad municipal Amgevicesa, o Carolina Pérez, la incombustible militante popular que hoy ocupa la jefatura del gabinete del presidente Vivas.

Los gestores de servicios, como acaece con cualquier otra criatura de cuantas pueblan el planeta, también están sometidos a la volubilidad de destino. Una de sus víctimas fue Carlos Alfonso González Chacón, a quien el Gobierno destituyó en octubre pasado por considerar incompatible su puesto con su condición de presidente de la Asociación Ceutí de Familias Numerosas.

La utilidad de algunos de los puestos eventuales aprobados por el Gobierno merecería una detenida reflexión. Un ejemplo podría servir para aportar alguna luz a estas meditaciones. En julio de 2017, en lo más convulso de la crisis generada en torno a la frontera, el Boletín Oficial de la Ciudad publicaba la amortización del puesto de “coordinador de servicios de los polígonos de El Tarajal”. El cargo había dejado de tener sentido para las autoridades municipales desde que en noviembre del año anterior su titular, Arturo Santorum, fuera destituido debido a su insólito comportamiento. A Santorum no le pareció que su condición de empleado público pudiera constituir un impedimento para presentarse como representante de una empresa privada en una licitación convocada por la Ciudad para contratar un servicio de retirada y descontaminación de vehículos abandonados. La supresión del puesto permitió al Gobierno crear un nuevo cargo de gestor de servicios. Al parecer, ya no quedaba nada que coordinar en los polígonos de El Tarajal.

 

La oposición, también

La afición por designar a dedo no es exclusiva del Gobierno. Los cambios en los equilibrios de poder en el seno de los partidos de la oposición también han dejado huella en la nómina de asesores que la normativa permite mantener a los grupos municipales. Uno de los casos más llamativos fue el protagonizado a finales del pasado año por el PSOE.Imagen de los bancos de la oposición en el pleno de la Asamblea (C.A.)

Los socialistas vivieron su propia revolución de octubre. Ese mes, ya celebrado el congreso del partido que reafirmó a Manuel Hernández en la Secretaría General del PSOE, el equipo de asesores fue sacudido por la mano de la nueva dirección.

Sus asesores de portavocía y grupo eran sustituidos por gente afín a Hernández. La asesoría de grupo fue a manos de Melchor León, hombre de confianza del secretario general, que vio mejorada sus retribuciones al pasar de secretario de la Vicepresidencia segunda a media jornada a asesor de grupo.

La política de nombramientos seguida por Ciudadanos refleja mejor el paralelismo entre el devenir del partido y su política de designación de asesores.

Abdelmalik Mohamed Amar se convirtió en julio de 2015 en asesor de grupo de Ciudadanos. Mohamed Amar era por entonces coordinador de la formación y, en pocos meses, se convertiría en candidato del partido al Congreso de los Diputados. Su dimisión a finales de año motivó su sustitución en el puesto de confianza por Prakash Chainani Badammal Sunderdas, a la sazón, nuevo candidato a la Cámara Baja en las nuevas elecciones que se celebrarían en junio.

 Un año más tarde, y ya con Karima Aomar Dadi como nueva coordinadora de la formación, Sunderdas deja de ser uno de los miembros de la junta directiva del partido. La consecuencia resulta fácil de adivinar: en octubre, Aomar Dadi se convierte en la nueva asesora de grupo en la Ciudad.

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