Estaría bien que alguna vez el Gobierno de la Ciudad lograra finalizar alguna obra pública en plazo y por lo que se presupuestó. De momento, el consejero de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos (todo eso) que lo era en la legislatura anterior también de Fomento además de Turismo, Alejandro Ramírez, tampoco lo ha conseguido con la Gran Vía. La obra debía haberse entregado en 2019 por un presupuesto total de 7,8 millones de euros. Se certificó y entregó finalmente el 30 de julio de 2021, tal y como el propio Ramírez ha reconocido este miércoles a una pregunta del PSOE de Ceuta y se terminó por 780.000 euros más un 10 por ciento de incremento del coste inicialmente previsto, para un total de 8,58 millones de euros. Aunque el dato tiene trampa.
Porque a esos 8,58 millones de euros habrá que sumarle otros entre 200.000 y 400.000 euros (en cálculo grueso esgrimido por el propio Ramírez durante su respuesta a los socialistas) o 460.000 euros como refiere el PSOE en su interpelación. Es el presupuesto inicialmente previsto para acondicionar los restos del Convento de los Trinitarios para hacerlo visitable. Y a esa cifra, total en realidad habría que restarle algo que estaba previsto en la obra y que finalmente ni se hizo, ni se hará: el jardín vertical previsto al inicio de la Gran Vía.
Así lo ha reconocido este miércoles Ramírez. Y así se lo preguntaba el diputado socialista, Sebastián Guerrero:
“Aún no sabemos qué e3s ni para qué sirve esa enorme estructura de metal a modo de marquesina que se levanta al inicio de la Gran Vía, en plena plaza de la Constitución. Se supone que era un jardín vertical del que no hemos vuelto a tener noticia, no sabemos si aún se mantiene el pr9yecto o se ha abandonado, ni cuál sería su coste. Al menos la han utilizado los bomberos para entrenar el rescate vertical, algo es algo”, ha referido el diputado socialista.
La respuesta es que no habrá jardín vertical. Como siempre, el Gobierno ha encontrado un técnico que así lo recomiende. Ramírez ha explicado que dado que la parcela es edificable, levantar el jardín vertical supondría tener que tirarlo en el medio o corto plazo cuando se decida construir en la parcela, con colaboración “pública-privada” ha adelantado Ramírez.
El consejero de Fomento ha recordado que la obra ha actuado sobre una enorme superficie pública y que el precio invertido es similar a otras actuaciones que actúan sobre incluso menos superficie. Así, Ramírez ha puesto en valor que con la remodelación, la plaza de África ya no es un “pasar de vehículos dándole vueltas a la redonda, como si dijéramos” y que ahora han florecido negocios de hostelería (si tienen o no licencia o están en trámite o acabarán pasando un calvario burocrático es otro cantar) y la plaza, en definitiva ha cobrado vida, que al parecer antes no tenía.
También Jáudenes, donde Ramírez ha reconocido que las aceras no tenían ni el mínimo legal. Y a la que la reforma le ha venido bien, según el consejero para revitalizar su comercio.
Así las cosas no cabe esperar que el tráfico vuelva a la plaza de África ni a la Gran Vía salvo para los taxis, ni tampoco habrá jardín vertical. Y los Trinitarios serán visitables próximamente.
