La falacia de la compasión

Acerca de los recientes ataques al PSOE por su posición en el conflicto entre Hamás e Israel: el argumento ad misericordiam

PSOE

Hace exactamente un mes caían sobre Israel más de 5.000 cohetes lanzados desde la Franja de Gaza y se perpetraba una de las mayores masacres terroristas que ha visto el mundo occidental desde el 11 de septiembre de 2001. La vida política de nuestro país no es ajena al tsunami emocional que ha producido el desarrollo del conflicto. Los ataques al PSOE por su posición política de condena a los actos terroristas de Hamás y del derecho de Israel a defenderse dentro del Derecho Internacional está sobrepasando la justa crítica para entrar en una batalla emocional que en el caso de Ceuta se ve exacerbada por el sentimiento de identidad y pertenencia. 

El parlamentarismo europeo de posguerra supuso recuperar el equilibrio entre razón y emoción en política tras las experiencias totalitarias que vivenció el viejo continente durante la primera mitad del siglo XX. Los ejemplos locales de presión a los socialistas para tomar posiciones sobre un asunto de Política Internacional es una hipérbole difícil de sustentar argumentativamente y cuyo interés solo se justifica en establecer una niebla en el pensamiento colectivo a través de la nube sentimental que a todos nos provocan las imágenes del conflicto. El problema es que esta actitud no es inocua, sino que enferma la democracia misma pues puede distorsionar la realidad, generar polarización, desinformación, intolerancia o violencia. 

Estaríamos ante un caso de argumento ad misericordiam. Esta falacia emocional busca influir en la opinión de los votantes mediante el uso de la lástima o la solidaridad con una causa ajena. Este tipo de argumento no tiene en cuenta la racionalidad o la relevancia del tema, sino que se basa en el sentimiento de culpa o de compasión. Es una forma de manipulación que puede tener consecuencias negativas para la democracia y el debate público. Estas acciones tienen como objetivo influir en la opinión de los votantes musulmanes de la ciudad, apelando a su solidaridad con el pueblo gazatí y a su rechazo a la política israelí. 

La falacia de la compasión es un recurso retórico que puede usarse con fines legítimos o ilegítimos. En el primer caso, se trata de apelar a la sensibilidad humana para defender una causa justa o denunciar una injusticia. En el segundo caso, se trata de explotar el sufrimiento ajeno para obtener un beneficio político o ideológico.  

En el contexto del conflicto entre Hamás e Israel, algunos sectores han recurrido a la falacia de la compasión para atacar al PSOE por su posición equilibrada y responsable. Estos sectores pretenden presentar al PSOE como un partido insensible, cómplice o incluso responsable de las víctimas civiles palestinas, ignorando las causas y las consecuencias del conflicto. 

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