Ceuta, el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol son los vértices de un triángulo en el que los ladrones de embarcaciones deportivas retan a las fuerzas de seguridad. El puerto ceutí se ha convertido en los últimos tiempos en escenario frecuente de robos de embarcaciones, en ocasiones frustrados por los cuerpos policiales, que luego son empleadas en actividades delictivas. Las mafias del narco y del tráfico de personas han encontrado en los puertos deportivos del Estrecho un filón donde abastecerse de embarcaciones, que, sin pueden elegir, son generalmente de pequeño tamaño, gran maniobrabilidad y están dotadas de potentes motores.
Este fenómeno delictivo no es exclusivo de Ceuta. Solo la Unidad Contra las Redes Inmigración y Falsedad Documental de la Comisaría de Algeciras desarrolló cinco operaciones, en cuyo transcurso se detuvo a una veintena de personas, contra organizaciones criminales dedicados al tráfico de migrantes utilizando embarcaciones de recreo. Los robos de embarcaciones también aumentaron el pasado año en el resto de municipios costeros del Campo de Gibraltar, en el propio Gibraltar y en la Costa del Sol.
En muchas ocasiones, las embarcaciones robadas al otro lado del Estrecho son trasladadas a Ceuta para ser empleadas como transportes clandestinos de migrantes. El uso de estas naves permite a los delincuentes no temer por la pérdida material y económica que para la organización supone abandonarlas en la orilla para huir si los traficantes son hostigados por las fuerzas de seguridad.
El último incidente de estas características se registraba esta misma semana en Marbella. La Policía Nacional ha conseguido detener en Algeciras a los tres autores del robo de una embarcación deportiva perpetrado el pasado día 3 en Puerto Banús. Los ladrones fueron sorprendidos cuando trataban de acceder al puerto algecireño de El Saladillo, donde se encontraba la embarcación que previamente habían sustraído en la localidad malagueña.
