Ceuta vive un Viernes Santo de pasión y devoción a la espera de la Resurrección

Cuatro son las hermandades que han procesionado en la tarde de este Viernes Santo por las principales calles de nuestra ciudad.
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photo_camera El Santo Entierro durante la Carrera Oficial este Viernes Santo (C.A.)

Tarde de Viernes Santo y tarde de cuatro hermandades en la calle. Las penúltimas, antes de que pasado mañana procesione El Resucitado y ante la ausencia, un año más, de procesiones en una de las jornadas más importantes para el cristianismo, la del Sábado de Gloria o Pascua de Resurrección. No olvidemos que la tradición, en este caso, parte de la fe y que esta señala que mañana es el día en que Jesús de Nazaret resucitó milagrosamente tras su muerte.
La primera en procesionar ha sido la Hermandad de la Paz y la Piedad. Con retraso sobre el programa inicial, la ‘cofradía de la banca’ salía de El Valle pasadas las 19.00 horas, lista para afrontar uno de los recorridos más duros -si no el que más- de la Semana de Pasión ceutí.
A escasos metros de la Parroquia de El Valle se encuentra la Iglesia de Los Remedios. Y de ahí salía la Cofradía de la Buena Muerte, una de las hermandades más clásicas y señeras, sobre todo en la zona cercana al centro de Ceuta. Representa el momento de la muerte de Cristo.
Una muerte que se le acercó al nazareno, entre otras cosas, gracias a las torturas de Longinos: el soldado romano que le clavó una lanza en el costado. Peculiaridades de nuestra Semana Santa, el paso que representa ese momento sale después de la muerte de Cristo. Es la cofradía de La Expiración: “La Lanzá” como se la conoce popularmente, que ha procesionado desde la Iglesia de África.
Y para cerrar el Viernes Santo -hasta hace veinte años, también, la propia Semana Santa- la Cofradía del Santo Entierro. La matriz, de la que emanan prácticamente todas las hermandades. Una Cofradía con el título de Real -también tiene esa distinción Los Remedios- y que suele ir acompañada por la corporación bajo maza. Punto y final, pues, al Viernes Santo y preludio de la celebración de la resurrección, tanto espiritual como cofrade, para echar el cierre a la Semana de Pasión ceutí.